jueves, 27 de noviembre de 2014

THANKSGIVING VS MAGOSTO

En Norteamérica se pasan el otoño de celebración en celebración: que si Halloween en octubre, que si Acción de Gracias en noviembre... y a lo tonto, a lo tonto, llega diciembre, el invierno y la Navidad. Pero, como decía el Super Ratón, "¡No se vayan todavía: aún hay más!"
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Cartel de Suso Carballido (festadopulpodecarballino)


Y es que entre estas fiestas señaladas y durante el resto del año los estadounidenses celebran además un montón de jornadas gastronómicas o "día nacional de": Día Nacional del Donuts, del Baklava, de la Hamburguesa, de las Sardinas, de las Galletas Caseras, de la Empanada, del Queso, del Pastel de Zanahoria, de la Mousse de Chocolate, de los Huevos Rellenos.... ¡Igualito que en Galicia! Solo que aquí las celebraciones gastronómicas nos suelen durar un fin de semana, son a nivel local y les llamamos "fiesta de": Fiesta de la Tortilla en Carcacía, del Pan de Cea, del Cocido en Lalín, del Marisco en O Grove, del Pulpo en Carballiño,... ¡Vamos, que los gallegos no nos quedamos atrás!

El porqué de toda esta exaltación de la comida principalmente es comercial y cultural: fomentar que determinados productos autóctonos sean conocidos y consumidos por personas de otros lugares que acuden a estas fiestas. Antropológicamente hablando, más allá del puro placer gustativo-olfativo-visual que supone la "comida rica", comer en colectividad es un acto social de refuerzo de la identidad grupal que nos remonta a tiempos prehistóricos: el festín posterior a la caza en que la tribu cocina y comparte el alimento abundante (otrora escaso) entorno al calor del fuego. Como explicaba el antropólogo estadounidense Marvin Harris en su libro Nuestra especie (1995), "para nuestros antepasados festejar consistía en almacenar grasas y almacenar grasas suponía sobrevivir a la siguiente helada, sequía o período de hambre". Nada que ver con nuestro actual concepto sobre los festines gastronómicos.

Aunque sería digno de estudio ese "gen de la posguerra" heredado de madres a hijas gallegas que les hace convertir cada comida familiar dominical en algo parecido a un banquete del Imperio Romano, con cierto horror vacui, no vaya a ser que se vea el mantel bajo fuentes y fuentes de comida. Todo esto acompañado a su vez de expresiones del tipo:

- Venga, comed que no puede quedar nada ¿eh? (frase amenazante que "bendice" la mesa y da el pistoletazo de salida)

- ¿Preparo algo más de comida? A ver si no va a llegar... (con cara de preocupación ante una mesa puesta para un regimiento)

- ¿Te hago otro filete? ¡Pero si no has comido nada! ¿Seguro que no lo quieres? ¡No te me quedes con hambre, eh!

- ¿Te echo más tarta? (pregunta retórica a la vez que nos sirve otra porción considerable)¡Venga, cómete este trozo que es una miseria y en seguida baja! Además no puede quedar ahí que se estropea.

Etcétera, etcétera...

Gracias a nuestras madres estamos "ben mantidos" y llevamos implementado en nuestro ADN que como la comida de nuestras madres, no hay ninguna. Debería celebrarse no ya el Día de la Madre sino el Día de Acción de Gracias a las Madres... aunque habría que prepararse unos días antes ayunando para el banquete porque, visto lo visto, éste podría alcanzar dimensiones pantagruélicas...

ACCIÓN DE GRACIAS

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Portada de la revista Harper's Bazar (1894) por Lewis Rhead (Ken Sehres/imagekind)

En noviembre, la celebración más importante en Estados Unidos es el Thanksgiving Day o 'Día de Acción de Gracias'. Se celebra el cuarto jueves del mes de noviembre con un banquete a lo gallego pero en vez de con Capón de Vilalba, con Pavo relleno acompañado de diversas guarniciones. Es una celebración similar a la cena de Nochebuena ya que también es una fiesta de reunión familiar y, al igual que la Navidad, a pesar de que inicialmente era una celebración religiosa de dar gracias a Dios por los bienes y alimentos poseídos, actualmente carece de sentido religioso. Un ejemplo de fantástica mesa de Acción de Gracias presidida por un pavo tamaño avestruz puede verse en la película Hannah y sus Hermanas (1986) de Woody Allen, comedia de enredos familiares cuya acción transcurre entre Thanksgiving y Thanksgiving (y tiro porque me toca).

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fuente: Amazon
Todo se remonta a septiembre de 1620: una comunidad de puritanos forzados a huir de Inglaterra, perseguidos por sus creencias religiosas por la Iglesia Protestante, se embarcan en el Mayflower desde la bahía de Plymouth (Inglaterra) hacia Nueva Inglaterra (región colonial inglesa al Noreste de Norteamérica) en busca de un lugar donde poder vivir en paz y libertad. Tras dos meses de travesía marítima llena de incidentes, milagros y desgracias, tal y como se relata en la película La nave del destino: la aventura de Plymouth (1952) de Clarence Brown, los peregrinos supervivientes llegan a la costa de Massachusetts un 11 de noviembre (¡que coincidencia, el Día del Magosto!) y fundan allí la comunidad de Plymouth.

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Massasoit (1920) de Cyrus Dallin (w)

Claro que en aquel territorio no estaban solos: la tribu india wampanoag vivía cerca de su comunidad y recibieron a los peregrinos con cierto recelo, arco y flechas mediante. Pero hete aquí que en toda esta historia aparece un indio llamado Squanto, de la tribu patuxet que, tras ser raptado como esclavo por anteriores exploradores ingleses en 1614, vivir desventuras y aventuras en Inglaterra y España y por fin regresar a su patria querida en 1619 para descubrir que su tribu había sido arrasada por una enfermedad de los blancos y que era el único superviviente, se va a vivir con la tribu vecina de los wampanoag. Squanto se convirtió en el mediador-traductor entre Massasoit, el Gran Jefe Indio, y los peregrinos, con los que "fumó la pipa de la paz" en pro de una convivencia pacífica firmando un pacto de protección mutua que duró 40 años. Así fue y así nos lo ha contado la factoría Disney en su película Squanto: el último gran guerrero (1994), biopic sorprendentemente poco edulcorado aunque con alguna que otra concesión narrativa.


Como los peregrinos eran en su mayoría comerciantes y artesanos, no tenían ni flowers de caza, pesca, cultivos y regadíos y mucho menos de cómo construirse una casa. Hay que pensar que de aquellas no había tutoriales de Bricomanía ni existía la fantástica y socorrida Biblioteca de los Jóvenes Castores. Durante el primer invierno las pasaron canutas, muriendo la mitad de ellos de hambre y frío, hasta que Squanto y los indios se dieron cuenta de ello y se prestaron a ayudarles, compartiendo víveres y dándoles un Máster acelerado en Supervivencia. 

Las primeras cosechas de la primavera comenzaron a dar sus frutos en el otoño y entonces los peregrinos decidieron celebrarlo con una comida de confraternidad con los wampanoag, donde los primeros dieron gracias a Dios por la buena cosecha y los segundos dieron gracias a la Madre Naturaleza por... haberle quitado el marrón de encima. Los peregrinos prepararon platos a base de maíz, calabaza, habas, arándanos, langostas, carne de venado y pavos. Se cree que en este primer Thanksgiving los indios enseñaron a los peregrinos a hacer palomitas de maíz, uno de los primeros alimentos genuinamente americanos cuyo consumo se remonta al año 5.000 A.C. y no al nacimiento del Cine, como algunos creen.
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El Primer Thanksgiving (c. 1912-1915) de Jean Leon Gerome Ferris (fuente: wikimedia)

La fiesta de Acción de Gracias fue repetida por estos colonos en los años siguientes pero no fue hasta 1863 en que el presidente Abraham Lincoln lo proclamó oficialmente Día Nacional. Los únicos que no lo celebran actualmente son los descendientes de los indios ya que para ellos ese día es el Día Nacional de Luto de los Indios Nativos Americanos. Aunque había comunidades como la de aquellos peregrinos capaces de respetar y vivir en paz con los Indios, la gran mayoría de los colonos llegados a América arrasaron por donde pasaron porque, como se suele decir, "la avaricia rompe el saco": se adueñaron de tierras que no eran suyas echando de ellas a los indios en el mejor de los casos, asesinándolos o esclavizándolos en el peor. ¡Qué desagradecidos!

Toda nuestra infancia jugando a indios y vaqueros, convencidos por las "pelis del Oeste" de que los indios eran los malos y los vaqueros eran los buenos... ¡y era justo al revés! ¡Pero cómo no iban a atacarles los indios, si les estaban aniquilando! ¡Y con arrancarles la cabellera diría que se quedaban cortos! Y esa es otra: los primeros en cortar cabelleras no fueron los indios, sino los mercenarios del Ejército Francés como prueba para poder cobrar recompensa por cada indio asesinado. Los indios decidieron vengarse de la misma manera. Aquella frase de "Vengo en son de paz" que le soltaba el vaquero al Gran Jefe Indio me suena ahora tan falsa como el beso de Judas. "¡Sí, fíate e non corras!", contestarían los indios.

MAGOSTO: ¿SAN MARTIÑO'S THANKSGIVING DAY?


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A matanza do porco medieval (w)
En Galicia tenemos nuestro particular "Día de Acción de Gracias" con el Magosto, palabra que se cree derivada del latín Magnus Ustum  que significa 'Gran Fuego' (¿Es sugestión mía o suena muy indio? "Yo hacer gran fuego"). Sea como fuere, es un día donde se sube al monte, se hace una hoguera para estar calentitos y dar las gracias a la Madre Tierra, se asan y comen castañas y chourizos (y algunos se cogen una castaña para luego bajar el monte a rebolos...), se cantan canciones populares y se tizna uno la cara con cenizas como los indios sin saber muy bien porqué. Mientras en la mayor parte de Galicia se celebra el Magosto el día de difuntos (1 de noviembre), en Ourense ciudad, Cangas y Bueu tiene más peso específico, como Día del Magosto propio, y se celebra el 11 de noviembre coincidiendo con el día del patrón de dichas localidades, San Martiño. El Día de San Martiño también suele iniciarse en el rural la Matanza del cerdo, reuniéndose toda la familia para participar en las laboriosas tareas que conlleva esta tradición. De ahí refranes como "Polo San Martiño, castañas e viño" en clara referencia al Magosto o "A todo porquiño lle chega o seu San Martiño", aludiendo a la Matanza, que... bien pudiera haber sido éste el grito de guerra de los indios... ¿no?

El búfalo era para los indios lo que el cerdo es para los gallegos: un animal sagrado enviado por el Gran Espíritu, con todo lo necesario para sobrevivir. Oséase, "la tienda en casa". Y es que de ambos se aprovechaba todo, hasta el rabo, para un montón de cosas: comida, armas, aperos, cubiertos, jabón, vestimenta, calzado, vivienda, mobiliario, ajuar... Hasta tal punto dependían los indios de los búfalos que la población de búfalos de Norteamérica se fue reduciendo considerablemente y entonces... "¡éramos pocos y parió la abuela!": llegaron los colonos ingleses y convirtieron la caza del búfalo en deporte nacional. Entre unos y otros llevaron al búfalo al borde de la extinción: de los 60 millones de búfalos que en 1800 habitaban Norteamérica, en 1890 ¡solo quedaban 750 ejemplares!

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La Castañera (2001) de Xosé Cid (Sonia Pereda/flickr)

Peor suerte sufrieron los castaños en Norteamérica, que en cambio sí se extinguieron en 1930, desde que en 1904 brotó en Nueva York una plaga de hongo asiático que se extendió irremediablemente de castaño en castaño como la pólvora. De los 4 billones de castaños que había en EEUU no quedó ni el primero. Dice el refrán "muerto el perro, se acabó rabia"... pero no. El hongo es tan virulento que desde 1930 los intentos por conseguir un castaño americano resistente han sido infructuosos por el momento. Esperemos que la Ingeniería Genética obre el milagro de la resurrección. De todas maneras, la castaña (aunque sea importada) sigue siendo uno de los ingredientes habituales para el relleno del pavo de Thanksgiving.

Así como el maíz fue un alimento vital para la subsistencia de indios y colonos, para los gallegos la castaña ocupó idéntico lugar en su gastronomía hasta que fue destronada por el maíz y la patata traídos de América en los siglos XVII y XVIII, respectivamente. Efectivamente, el maíz y la patata no son gallegos de toda la vida como tampoco lo son los eucaliptos pero "vinieron para quedarse y si volviesen a nacer, nacerían gallegos". Teniendo en cuenta esto, creo que los gallegos deberíamos celebrar también el Día de Acción de Gracias para con los indígenas americanos porque... ¿Qué sería de Galicia sin el pan de millo? ¿Qué sentido tendría el pulpo á feria o el cocido galego sin su patata cocida? ¿Y el lacón con grelos? Y lo más terrible: ¡sin patata, la tortilla española nunca hubiera existido! ¡Nooooo! Ufff, mejor no pensarlo...

SUCCOTASH

Succotash
Éste no es mi succotash porque la foto que había hecho desapareció misteriosamente, pero os sirve para haceros una idea de como queda un succotash (fuente: Katie Cannon/flickr)

El succotash (en indio narragansett "sohquttahhash", que significa 'granos de maíz hervidos') fue uno de esos platos que los indios del Noreste enseñaron a los primeros peregrinos como ejemplo de cocina anti-crisis y para mostrar las posibilidades gastronómicas de lo que los indios denominaban "Las 3 hermanas": maíz, habas y calabaza. Posiblemente este plato formó parte del banquete de aquel primer Thanksgiving, como guarnición de las carnes. A día de hoy sigue siendo la guarnición estrella, junto al puré de patatas, de la cena de Thanksgiving en el Noreste de EEUU. La receta tradicional suele llevar un tipo concreto de haba, el garrofón, que en Norteamérica denominan lima beans por el color verde lima que coge al cocer y porque son originarias principalmente de Lima (Perú). ¡Vamos, el haba de toda la vida de la paella valenciana!

En origen el succotash era básicamente un potaje de estos tres ingredientes. Pero a medida que la receta se fue popularizando entre los demás indios y blancos de Norteamérica, fue asumiendo nuevos ingredientes. Por ejemplo, los indios cherokees le añadían también carne y, a principios de 1800, los colonos comenzaron a añadirle tomate para dar más color y sabor al plato. Poco a poco se fue adaptando la receta a los ingredientes locales y por este carácter versátil y de cocina económica se convirtió en el plato más socorrido en Estados Unidos durante el período de la Gran Depresión (1929).

Tanto es así que el "taco fino" más popular en los años 30 era ¡Sufferin' Succotash! que vendría a significar '¡maldito succotash!' para sustituir al taco más ofensivo Sufferin' Savior (literalmente '¡maldito Salvador!', algo así como '¡Por los clavos de Cristo!') y porque las personas que no tenían dinero para comer carne solo comían proteínas vegetales en platos como el succotash con lo cual acababan un poco hasta el gorro. La productora Warner Bros. en sus Looney Tunes puso esta expresión en boca del Gato Silvestre para cuando sus intentos de cazar a Piolín se veían frustrados porque con ella su ceceo se hacía más patente (“zufferin zucotaz") produciendo la risa entre los pequeños espectadores y porque, en analogía con el público, al no poder comerse a Piolín tendría que conformarse con la comida de gatos que para él era "su succotash".

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Actualmente hay tantas versiones del succotash como Estados: algunas siguen siendo guarniciones de carne o pescado y otras se han convertido en un plato único, que se toma cualquier día del año, sea o no Thanksgiving. Mi receta favorita es una versión Tex-mex del succotash como plato único que reúne varios vegetales rematados por lo que yo llamo "las 3 coronas de la cocina Tex-mex": cilantro, lima y queso Cotija. Todo un arco iris de colores y sabores. ¡Sí que podría decirse que es la alegría de la huerta!. Yo creo que si los indios levantaran la cabeza y lo probaran, quedarían tan contentos que bailarían hasta una ranchera... que digo una ranchera, ¡la Muñeira de Chantada!

Vamos, pues, con la receta....

Ingredientes (6-8 personas):
- 1 Tablespoon* de aceite de oliva
- 1 Tablespoon de margarina
- 1 lata grande (280 gr.) de maíz, escurrido
- 1 cebolla grande, picada finamente
- 2 pimientos medianos (verde, amarillo o rojo, o una mezcla de todos), en cuadraditos
- 1 cup* (140 gr.) de calabaza, en daditos (como los del parchís)
- 1 cup (170 gr.) de calabacín, en daditos
- 2 cups (376 gr.) de habas garrofón precocidad (en conserva o congeladas) o, si no las encontráis, sustituidlas por habas baby
- 1 lata pequeña (390 gr.) de tomate troceado en daditos
- 2 dientes de ajo, picados
- 1 Tablespoon de hot sauce ('salsa picante') tipo Valentina (no sustituyas por Tabasco, no es lo mismo)
- 1 Tablespoon de comino molido
- 3/4 cup (175 ml.) de caldo de pollo o vegetal
- sal y pimienta negra, al gusto
   como guarnición:
- un manojo de cilantro, finamente picado
- una o dos limas, cortadas en gajos
- 200 grs. aprox. de queso Cotija, desmigado (es un queso mejicano exactamente igual al queso Feta solo que está hecho con queso de vaca en lugar del de cabra, osea que lo podemos sustituir perfectamente por el queso Feta)

* cup = taza (medida americana) = una taza que, llena de agua hasta el borde, tenga capacidad para 240 ml.
* Tablespoon = cucharada sopera = 1 cuchara sopera ligeramente colmada

Preparación:
En una pota o sartén grande y ancha, calienta el aceite y la margarina a fuego medio hasta que esta última se derrita completamente. Añade juntos el maíz, los pimientos y la cebolla y sofríe hasta que tomen color, sobre 6 minutos, removiendo frecuentemente con una cuchara de madera.

Reduce el fuego y añade el ajo, la calabaza, el calabacín, la sal, la pimienta y el comino. Cocina sobre 4 minutos, removiendo a menudo. Mientras, si las habas son en conserva, ponlas sobre un escurre verduras desechando el jugo de conserva, enjuágalas con cuidado bajo el grifo de agua fría y escúrrelas. Reserva.

Añade los dados de tomate y la hot sauce; mezcla y añade el caldo y las habas. Lleva a ebullición y cuando hierva, baja a fuego lento y deja cocinar hasta que las verduras estén tiernas, sobre 10 minutos más, sin olvidarnos de remover de vez en cuando. Cuando las verduras ya estén listas, rectifica de sal y hot sauce. Retira del fuego.

Monta cada ración de succotash añadiendo por encima la guarnición: el zumo de un gajo de lima exprimido a mano, un poco de cilantro picado (cantidad al gusto) y el queso Cotija o Feta desmigado con los dedos (cantidad al gusto).

Fuentes de inspiración: Magnolia Days y Cookipedia

MÚSICA PARA THANKSGIVING


Seguro que más de uno se acuerda de aquella canción del 93 de Enigma, "Return to Innocence", en la que se mezcla música new age con cantos tribales, que casi todos pensábamos que eran de nativos americanos. Pues no: eran de la tribu amis de Taiwán; así que esta canción no tiene nada que ver con los indios americanos pero si al cantar el estribillo te sientes en simbiosis con los indios y la Madre Naturaleza, adelante.

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Como entrante: el "Succotash" (1963) de Herbie Hancock, en clave de sesión de jazz instrumental improvisado, que precisa de ingredientes dulces y picantes para ser cocinado a fuego lento: piano (Herbie Hancock), bajo (Paul Chambers), tambores y timbales (Willie Bobo), congas, bongos, güiro y crótalos (Osvaldo "Chihuahua" Martínez).

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Como plato principal: el "Turkey" ('pavo') que nos sirven en bandeja The Soul Jacket, rock sureño made in Galicia. Aunque el tema no tiene nada que ver con el Día de Acción de Gracias, evoca el andar lento y tambaleante de un pavo ebrio (animal y humano) con unos ritmos afroamericanos a caballo entre el soul, la música ritual vudú y el  jazz-rock. Tras este éxito recogido en su E.P. Gunpowder Valley (2013), The Soul Jacket nos han vuelto a atrapar con un apoteósico "lleno hasta las trancas" en el concierto presentación de su nuevo disco Black Cotton Limited (2014) en la Sala La Iguana Club (Vigo) el pasado viernes 21 de noviembre. Toda la manzana vibró con la poderosa y elaborada instrumentación de Mauro, Jorge, Xabi, Jann y Guillermo y la cálida "voz negra en cuerpo de blanco" (como dirían los indios) de su vocalista, Tony López, de quien tengo la sospecha de que se trate del hijo secreto de Joe Cocker y Tina Turner. La música de The Soul Jacket pronto transcenderá fronteras y con gran éxito, vaticino. Ya lo veréis. Como diría Rubén Suarez (Foggy Mental Breakdown, Mec-Mec's): "¡¡Pepitas de oro!!".

 Os dejo a continuación el tema "Turkey" interpretado magistralmente en directo por The Soul Jacket en el concierto del viernes pasado y a continuación el tema en el reproductor de bandcamp para que lo disfrutéis de las dos maneras.

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Feliz Thanksgiving y hasta prontooooooo!!!

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