martes, 17 de marzo de 2015

EN EL NOMBRE DEL PADRE


A las puertas de la primavera, a puntito de dejar atrás el frío invierno, los españoles tenemos por costumbre honrar a nuestros padres con un "Día de" al efecto. ¡No podía ser menos! Si nuestras madres tienen su día propio, nuestros padres tienen derecho a tener también "su momento". Y es que a nuestros padres, además de deberles la vida al igual que a nuestras madres (por colaboración necesaria en la procreación, evidentemente), también le debemos nuestra educación, nuestros valores morales y nuestra visión del mundo... que suelen ser la mayoría de las veces inversamente proporcionales a las suyas, al menos durante la adolescencia. "Llevar la contraria" es ese deporte que practican los adolescentes de todos los tiempos y del que tanto se quejan los padres ya desde la Grecia Clásica.

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Ilustración de un anuncio de Maxwell House Coffee (1950) (classic film / flickr)
Lo cierto es que los padres de antes, de cuando yo era pequeña y de mucho antes, solían estar como en un segundo plano respecto a la educación de los hijos, dejando esta en su mayoría en manos de las madres que eran las que estaban más tiempo en casa. Por este motivo las madres eran las que andaban a la gresca todo el día con los hijos, interpretando el papel de poli malo en su versión más histriónica. ¡Ay, que nostalgia de aquellos tiempos en que las madres eran expertas en lanzamiento de zapatilla... y nosotros en esquivarla! "¡Tu espera que llegue tu padre a casa que se lo pienso decir!" es la frase que utilizaban las madres en último término cuando su autoridad se veía mermada ante su desobediente prole. 


Y es que las madres sabían que la reprimenda que más temíamos era la de nuestros padres más que nada por la gran capacidad que tenían ellos  para ponerse serios y echar broncas con dos palabras sin despeinarse ni perder los papeles como nuestras madres, porque no sabíamos como iban a reaccionar (a nuestra madre la teníamos más calada) y en consecuencia que castigo nos aguardaría y porque en el fondo no queríamos decepcionarlos como hijos. Nos dolía más disgustarles que las bofetadas de nuestras madres. Además, cuando las madres pasaban el testigo a los padres en la reprimenda solía ser porque el delito cometido era "de marca mayor".

DUM PATER FAMILIAS

 

Lo de ser padre (y madre) nunca ha sido tarea fácil. ¡Los hijos no vienen con manual de instrucciones incorporado! Pero aún en el caso de que lo trajesen, los padres ni lo leerían...

En la Antigua Roma el pater familias ('padre de familia') era el ciudadano libre bajo cuyo control estaban todos sus bienes y todas las personas que pertenecían a su domus ('casa'). Tenía el power (patria potestas) y la última palabra sobre todo lo concerniente a sus hijos, su esposa, sus esclavos... Nadie podía toser sin su consentimiento. Vamos, el puto amo. Esto era para compensar que en aquellos tiempos y ya desde el principio de los tiempos, ser padre era una cuestión de fe... Y si no que se lo digan a San José. Hasta las actuales pruebas de ADN, la paternidad dependía de la voluntad del padre para reconocer a un hijo como biológico. Saber si un hijo era propio o ajeno era harto difícil en una sociedad donde un día sí y otro también se celebraban orgías en las domus como quien celebra su no-cumpleaños. Lo único que aportaba el padre a sus hijos era su patrimonium ('lo recibido del padre'), término derivado del derecho romano que no solo hacía referencia a sus bienes materiales sino también a sus apellidos. Las madres, cuanto más de alta alcurnia tanto más desnaturalizadas, dejaban a sus hijos en manos de nodrizas y preceptores que los cuidasen, mimasen y educasen mientras ellas se entregaban a otros quehaceres más mundanos.
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El juramento de los Horacios (1784) de Jacques-Louis David (arteenelvalle)

En la Edad Media cristiana, el pater familias siguió tres cuartos de lo mismo aunque la paternidad ya no dependía de la voluntad del hombre sino de la voluntad divina. Con la sacralización del matrimonio, todo hijo concebido por una mujer casada tenía por padre sí o sí a su marido aunque el nascituro en realidad fuese fillo dun cura. Los aristócratas daban gran importancia al linaje, al patrimonio, los títulos nobiliarios, el honor y pedanterías varias que los hijos heredaban de sus padres. Eso sí, "que el niño me salga leído"  era su mayor ambición y le  ponían un maestro particular para que lo educase en el trivium el quadrivium y lo que hiciera falta mientras el padre se iba a la guerra o a la caza del zorro y la madre se dedicaba a "sus labores" con el trovador de turno. 

En cambio, los padres campesinos, pobres de solemnidad que no tenían más que su ferrado como patrimonio para transmitirle a sus hijos, poco pero digno, ni si quiera alcanzaban a soñar con que sus hijos saliesen del analfabetismo. En las ciudades, los padres solían ser artesanos y comerciantes y con vistas a la continuidad de su negocio en el futuro, transmitían a sus hijos todo el saber de su oficio. Así las profesiones se perpetuaban en una familia de generación en generación: era el "patrimonio familiar". Lo cierto es que padres e hijos pasaban más tiempo juntos, trabajando codo con codo pero de cariño paterno-filial "ni hablar del peluquín", porque la ternura en el hombre seguía siendo vista como signo de debilidad por la sociedad.

En el siglo XVI, se publicaban manuales de educación infantil donde se recomendaba a los padres que de cuando en vez y sin venir a cuento pegasen a sus hijos para prevenir que sacasen los pies del tiesto. Con tal adoctrinamiento y las leyes a su favor a los padres se les estaba subiendo el power a la cabeza hasta el punto de tener la potestad para decidir sobre la vida y casamientos de sus hijos hasta la tierna edad de 30 años aunque ya no viviesen bajo su mismo techo. Y ay del que dijese "esta boca es mía": sin pestañear podían enviar castigados de por vida a sus hijos varones a prisión y a las féminas a un convento.
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John Milton, ciego, dictando "El Paraíso Perdido" a sus hijas (1878) de Mihály Munkácsy (Hello world /wikimedia)
  
Como no hay mal que por cien años dure, tras la Revolución Francesa el padre de familia empezó a perder el poder absoluto en pro de los derechos de la mujer y de la infancia reivindicados por los pensadores de la Ilustración y los primeros movimientos feministas. Con el nacimiento de la pediatría, se empezó a hablar de la necesidad del amor paternal y maternal en la infancia y se aconsejó reemplazar los castigos físicos por otro tipo de chantajes emocionales y amenazas menos lesivas e igual de efectivas, como por ejemplo: "¡como no comas todo te encierro en el cuarto de la leña!" (y cualquiera se quedaba ahí a oscuras y con ratones hambrientos rondándote) o "¡como vuelvas a subir tarde de la calle te vas para tu cuarto castigado sin cenar, ¿me oyes?!". Los padres empezaron a colaborar en la crianza de sus hijos y las madres comenzaron a amamantar a sus bebés, tarea que hasta ese momento era encomendada a una ama de cría. Vamos, que padres y madres se habían ablandado un poquito. "Cortando la cabeza a Luis XVI, la Revolución ha cortado la cabeza a todos los padres de familia: no restan otra cosa que individuos", sentenció un siglo después Honoré Balzac en su obra La Comedia Humana (1830-1855). La sociedad empezó a preocuparse por la pérdida de poder de los padres a quienes los hijos ya no temían ni respetaban.

Cuando en el siglo XIX Napoleón tomó el poder en Francia e intentó crear un Imperio europeo a imagen y semejanza del Antiguo Imperio Romano se lo tomó tan en serio que no iba en coraza, toga y sandalias porque tenía una mujer con sentido del ridículo que le parase los pies. "¡A donde te crees que vas con esas pintas!". Napoleón se empeñó tanto en el revival romano que en el arte, en las leyes, en la estrategia bélica y en la vida social se impuso el estilo Imperio. En el ámbito familiar Napoleón consiguió restaurar la autoridad y el poder paterno del pater familias de la Roma Imperial, arramplando con todos los derechos adquiridos por las mujeres y los infantes durante la Revolución. Josefina Bonaparte, por su parte y en venganza, se empeñó en que su matrimonio fuese también "estilo Imperio".

El padre de familia volvió a ser el padre controlador y autoritario, distante con sus hijos, al que deben respeto y sumisión pero el cual tenía el deber moral impuesto por el Estado de educar a sus hijos. La madre, en cambio, se convirtió en la ternura personalizada con sus hijos aunque de vez en cuando tenía que ponerse firme con ellos para que no la tomasen por el pito del sereno. A pesar de que la máxima autoridad familiar es el padre, la madre es realmente quien ejerce el poder en la sombra ya que se erige en administradora de la economía doméstica al pasar el hombre tiempo fuera de casa ganándose el sustento familiar. "Eu mando o que a miña muller ordena" diría soto voce un hombre típico de la época. Prácticamente este modelo de paternidad y maternidad es el que se impuso hasta casi finales del siglo XX, en el que el padre comienza a mostrar su cariño hacia sus hijos sin temor a que lo tachen de blandengue y a compartir con la madre la tarea de educarlos y criarlos. 
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Uno más de la familia (1880) de Frederick George Cotman (DcoetzeeBot / wikimedia)

Y llegamos al siglo XXI, donde conviven aún tres tipos de padres: 

 Tipo I: el "Libro Gordo de Petete". Es el que lo sabe TODO sobre niños, pañales, tomas de biberones, cunas y maxi-cosis amén de bricomanías domésticas varias, costura, plancha, bordado, cocina y repostería creativa. Vamos, que a la que te descuidas te suplanta como madre. Es una enciclopedia andante y disfruta compartiendo su saber con otros padres. Es un espécimen raro, en vías de desarrollo, pero "haberlo, haylo".

Tipo II: el "Solo sé que no sé nada". Es el que se hace el longuis para no hacer rien de rien y dejar a la mujer con el petate, escudándose en que viene muy cansado de trabajar (¿¿y ella qué??) o que los niños no se le dan bien o que "no sabe no contesta". Ni colgar un cuadro, oye. Este es un espécimen en vías de extinción por selección natural de la especie.

Tipo III: el "¿Dónde está?". Tiene buena voluntad de ayudar y capacidad para aprender lo que sea aunque viene de serie con una RAM muy limitada para según qué cosas. Sabe de bricomanía hasta el infinito y más allá y sería capaz de desmontarte el motor del coche y volvértelo a montar en un abrir y cerrar de ojos y sin que sobre ninguna pieza. Ahora bien, no le pidas que te ponga una lavadora. Para él es todo un ejercicio de lectura jeroglífica el intentar descifrar el significado de los números de los mandos de la lavadora y todavía no alcanza a comprender la diferencia entre ropa oscura y ropa clara. Da igual que le expliques y le repitas hasta la extenuación cual es el sitio asignado a cada cosa en casa que el por inercia te seguirá preguntando "¿dónde está?" y tú perdiendo los papeles contestarás "¡en su sitio!". Como decía un marido en una viñeta de Forges "Cariño, hoy hago yo la cena. ¿Dónde está la cocina?". En fin... paciencia porque este es el espécimen común.

ENTRE PADRES ANDA EL JUEGO

 

El Día del Padre se celebra en todo el mundo. El 19 de marzo se celebra solo en España y en algunos países como Portugal, Italia, Croacia, Andorra, Bélgica, Mozambique... En el resto del mundo se celebra en fechas dispares que abarcan prácticamente los doce meses del año. ¡No, si con razón decía yo que "el día del padre es todos los días"!

La primera vez que se celebró el día del padre fue en Estados Unidos en 1910, cuando a una mujer llamada Sonora Smart Dodd se le ocurrió dedicar una misa a su padre el día de su cumpleaños (el 5 de junio) ya que creía que merecía tanto o más homenaje que su difunta madre al haber sido un veterano de la guerra civil que tras enviudar tuvo que liarse la manta a la cabeza y criar a sus 5 hijos además de hacerse cargo de la casa. Vamos, un padrazo. Uno entre un millón. A los feligreses les pareció buena idea y pronto se extendió la costumbre de celebrar misas en honor a los padres hasta el punto de que se declaró celebración oficial en 1966, quedando fijada en el tercer domingo de junio.

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San José Carpintero (c.1642) de George de La Tour (Hohum/wikimedia)
Nuestro Día del Padre coincide con el Día de San José del santoral, conjunción que no fue fruto del azar sino de la mente de una maestra de escuela española, Manuela Vicente Ferrero, allá por los años 40. Se le ocurrió que sus alumnas deberían poder homenajear a sus padres al igual que lo hacían a sus madres, con un día propio, jornada escolar en el que las niñas se afanarían en hacer algún detalle con el que obsequiar a sus padres: un poema en una tarjeta de felicitación, un dibujo, un lapicero de pinzas de madera, un cenicero de barro con el mensaje "Te quiero, papá"... Y qué mejor que hacer coincidir fecha tan señalada con la onomástica de San José, el pater familias por excelencia del Cristianismo. Esta idea pareció muy buena y provechosa no solo a la comunidad educativa y religiosa, al Generalísimo y a todos los homenajeados, sino también a Galerías Preciados y el Corte Inglés, que solo de pensar en el incremento de ventas que les iba a suponer dicha efeméride se les ponían los dientes largos.

San José, además de padre putativo de Jesús de Nazaret, es el patrón (del latín patronus, 'protector') de los carpinteros y  no es si no en su honor que se queman las Fallas en Valencia, tradición que viene celebrándose del 15 al 19 de marzo desde al menos que se sepa el siglo XVIII. "Falla" viene del latín fácula, que significa 'antorcha' y se cree que el origen de esta tradición está en la costumbre del gremio de carpinteros de quemar en hogueras las virutas de madera y trastos sobrantes de sus talleres la víspera de su patrón, tras hacer limpieza general. Pero también puede tener un origen pagano, en fiestas rituales donde el fuego purificador da entrada a la primavera.  Sea como fuere, las Fallas evolucionaron de las primigenias estructuras de madera que componían el monumento fallero, con sus ninots ('muñeco' en valenciano) hechos de deshechos de madera, papel y cartón y con clara vocación satírica a los ninots actuales de poliestireno expandido, más audaces en altura y en ornamentación que se consagran como verdaderas obras de arte efímero tanto de temática satírica como social o de fantasía.
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detalle de la Falla Nou Campanar 2010 titulada El Beso, obra de Pere Baenas (Juan Botella /flickr)

Además de San José, como padres famosos de la historia de la humanidad podríamos destacar a:

Filipo II de Macedonia (382-336 a.C.), rey y padre de Alejandro Magno, el niño mejor educado de la época. Su padre lo preparó para reinar instruyéndolo él mismo en el arte de la guerra y del cetro. Como tutor de su hijo escogió nada menos que a Aristóteles para encomendarle su educación política, filosófica y vital. Pronto el niño demostraría su talento cuando con 20 abriles sucede en el trono a su padre, aunque este ya no estaba vivo para verlo ni contarlo.

Leopold Mozart (1719-1787), compositor, profesor y violinista germano-austríaco, padre y profesor exigente y abnegado de su hijo Wolfgang Amadeus Mozart. Lo cierto es que su niño le salió prodigio musical y enseguida se encargó de sacarle partido, exhibiendo sus habilidades ante las principales cortes de Europa cual mono de feria. Luego el niño le salió rana y se convirtió en un eterno adolescente inmaduro y rebelde distanciándose cada vez más de su estricto padre, al cual le siguió dando mil vueltas como compositor.

Alexandre Dumas (1802-1870), vividor, novelista y dramaturgo francés, prolífico como amante, padre y escritor. Su hijo (entre otros) también llamado Alexandre Dumas (1824-1895) es el vivo ejemplo de como "de casta le viene al galgo" aunque solo en lo concerniente a su talento para las letras.

Don Vito Corleone (1892-1954), Il Padrino, sanguinario mafioso y padre ejemplar amantísimo de su familia. A ver, que una cosa no quita la otra.

Anakin Skywalker alias Darth Vader (¿?-¿?), señor oscuro de los Sith, mano derecha del Emperador de la Galaxia y atormentado padre de los mellizos Luke y Leia. Pasó a la historia cinematográfica por su famosa frase-revelación "Luke, yo soy tu padre", en voz cavernosa de Constantino Romero, que inevitablemente recuerda a la típica frase del momento culmen de todo culebrón venezolano que se precie.

PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO

 

Otro afamado "padre" cuya onomástica es celebrada dos días antes del día del padre, el 17 de marzo, es San Patricio, patrón de Irlanda, Nigeria y Caldas de Reis (Pontevedra, Galicia). Es celebrado por cristianos y no cristianos en Irlanda, EEUU, Canadá, Argentina y en muchos otros lugares del mundo donde los emigrantes irlandeses se asentaron. En España también se celebra principalmente en Madrid, por hallarse en la capital la mayor colonia irlandesa de España; en A Coruña, por ser el fogar de Breogán, rey celta gallego y presunto "padre biológico" de irlandeses y gallegos; y también en Salamanca, donde los estudiantes universitarios se apuntan a un bombardeo y celebran lo que haga falta, cualquier excusa es buena. 

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Postal c. 1908 (texascollection /flickr)
La celebración actual es una exaltación laica de la cultura irlandesa. Consiste básicamente en vestirse con algo verde esmeralda (color que viste las praderas de Irlanda), asistir a desfiles y espectáculos urbanos,  beber cerveza y degustar algún plato típico irlandés. Pero el origen de esta celebración es cristiano y conmemora la muerte y el legado del arzobispo y misionero escocés San Patricio y la llegada con él del cristianismo a Irlanda en el siglo V. Se granjeó el cariño, respeto y admiración tanto de laicos como de cristianos ya que su idea no fue la de imponer la fe por la fuerza sino la de predicar el evangelio a quien quisiera escucharle, respetando la convivencia de las tradiciones y creencias paganas con las cristianas.

Con mucho tiento y un sexto sentido pedagógico, San Patricio explicó a sus nuevos feligreses en qué consistía el concepto de la Santísima Trinidad a través de la forma de un trébol autóctono (en inglés shamrock), que se convertiría en el emblema nacional de Irlanda y en símbolo de la buena suerte: Padre, Hijo y Espíritu Santo en una sola persona, como tres hojas en un solo trébol. Yo creo que el Espíritu Santo en realidad es la Madre, porque es como Dios: está en todas partes, todo lo ve, todo lo sabe y es imposible engañarle.

En Galicia deberíamos celebrar el día de San Patricio a lo grande, como conmemoración de la arribada de los primeros celtas gallegos a Irlanda, ahora que parece ser que somos la madre patria (del latín patris, 'tierra paterna') de Irlanda, según estudios genéticos recientes que vienen a confirmar lo que ya contaban las antiguas leyendas sobre el origen de Irlanda y es que "cuando el río suena, agua lleva". Según cuentan el Leabhar Gabhála Érenn ('Libro de las Invasiones Irlandesas') y otros manuscritos medievales, los primeros ascendientes de los irlandeses fueron un matrimonio del 1.200 a.C. formado por Gaythelos y Scota, un príncipe griego exiliado en Egipto y una princesa egipcia hija del faraón que expulsados de Egipto partieron con su corte de nobles griegos y egipcios en busca de un lugar mejor donde vivir en paz y armonía, llegando, no se sabe si por algún motivo o fortuitamente, a Galicia. Afortunadamente se quedaron a vivir aquí, tuvieron descendencia, fueron felices y comieron percebes. Esto no es un clásico Disney aunque pudiera parecerlo.  Luego la rama genealógica y las historias se entremezclan y confunden pero les suceden consecutivamente Death, Brath y Breogán, el cual funda la ciudad de Brigantia (parece que pudiera ser la actual A Coruña) donde construye una gran torre (la Torre de Hércules) desde la cual se divisa tierra esmeralda. Su hijo Ith marcha entonces de expedición a Irlanda pero allí es asesinado y parece ser que su hijo Mil y sus ocho nietos, "para vengar al papa", invadieron Irlanda derrotando a los que allí moraban.

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Breogán (1994) de Xosé Cid y Torre de Hércules (s. I), A Coruña (mertxe iturrioz)
Ya decía yo que los gallegos teníamos alma de griegos ¡si es que lo llevamos en los genes! Y estoy por apostar que la gaita nos viene del patriarca Gaythelos que seguro que era gaiteiro en su tiempo libre. De la egipcia así a bote pronto no se me ocurre que hayamos heredamos nada, si acaso el gusto por la cerveza aunque la tradición de hacer cerveza la heredaron los irlandeses porque aquí en Galicia fuimos siempre más de vino. 

Que mucho Oktoberfest pero la cerveza no la inventaron los alemanes ¿eh? sino los sumerios en el 10.000 a.C. y luego la receta se la pasaron a los egipcios, donde era considerada además de un refresco, una medicina para curar ciertas enfermedades. ¡Santo remedio! Mira lo importante que sería que en algunas tumbas egipcias se incluían entre el ajuar del difunto maquetas de fábricas de cerveza para que no le faltara bebercio en el Más Allá. La cultura cervecera se expandió junto a la vinícola por el mediterráneo durante el período helenístico de Egipto. En la época romana, en las provincias del oeste y del norte de Europa, donde el clima no favorecía el cultivo de la vid, se desarrollo la tradición cervecera. Probablemente sea este el motivo por el que la cerveza se ha convertido en la bebida nacional de Irlanda. La elaboración de cerveza en Irlanda se remonta a hace 5.000 años pero la variedad stout que es la de su cerveza negra, como San Patricio, no es autóctona de la isla sino que procede de Londres de donde llegó en el siglo XVIII. Actualmente la marca Guinness se erige como la principal abastecedora de cerveza irlandesa, hasta el punto de que en Irlanda la cerveza se pide como "una Guinness". Vamos, como aquí con el Cola-cao.

OVER THE RAINBOW

 

Es innegable que Galicia e Irlanda comparten algo más que los genes: los bosques y prados de verde esmeralda y trébol, los toxos, las arborescencias costeras, los carballos, las gaitas, los cruceiros, las rianxeiras, la lluvia, las vacas sagradas, los cuervos, la mariscada...

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Chica ciega (1856) de Sir John Everett Millais (F16/wiki)
Los irlandeses tienen alma de emigrantes al igual que los gallegos pero mientras los primeros emigraron en su mayoría a Norteamérica, los segundos lo hicieron a Sudamérica, principalmente por cuestiones idiomáticas. Entre la gran hambruna irlandesa de 1845 (por culpa de una plaga de la patata) y la Guerra Civil Española de 1936, no quedaron suficientes patatas para todos... "Nunca choveu que non escampara" le dijo un gallego a un irlandés y desde aquel día los irlandeses descubrieron que con la lluvia sale el arcoíris y al final del arcoíris se encuentra una olla llena de monedas de oro custodiada por un leprechaun (duende que en gallego se llama trasno y que es pariente de David el Gnomo) que si consigues atraparlo te cambia su tesoro por su libertad. ¡Eso sí que es suerte y no la de la lotería!

Los irlandeses en sus respuestas son tan inconcretos como los gallegos. Nada es negro o blanco... pero tampoco es gris. ¿Sí o no? "Pues... depende". Lo mismo a la hora de explicar donde queda un sitio: "¿Ves aquella calle de allí? Pues por ahí no, por la siguiente". Y hasta la retranca es tan gallega como irlandesa. Esta idiosincrasia irlandesa se plasma magistralmente en la película El hombre tranquilo (1952) de John Ford, donde Sean Thonton (John Wayne), un americano de origen irlandés, regresa a su pueblo natal, Innisfree, para retirarse a vivir una vida apacible (o eso se pensaba) tras dejar el mundo del boxeo.

Si en Irlanda el lugar principal de culto y reunión es el pub, en Galicia lo es el bar. En el pub los irlandeses se bajan una pinta tras otra como medicina contra el insomnio mientras hacen terapia de grupo con los amigos. Luego pa casa a planchar la oreja y contar ovejitas. En cambio, en Galicia se va al bar primeramente a socializar mientras te tomas unos vinitos o unas cañas y unos pinchos con los amiguetes, sin prisas, saboreando el momento. Bueno, esto la juventud porque el gallego jubilado, que frecuenta el bar de fin de semana, suele ir a jugar la partida de mus con otros jubilados después de comer, comenzando la tarde con un café "con gotas" al estilo ley seca. "O médico tenme prohibido o alcohol pero unhas gotiñas non fan mal...". Luego se va amenizando la partida con unos chupitos de augardente o con más café con gotas. Eso sí, se va uno a casa manteniendo el tipo, "se non logo a parienta... cántame as 40 en bastos".

Además de la cerveza, otro de los brebajes típicos de Irlanda es el Café Irlandés (Irish Coffe), un combinado de café con whisky y nata montada, Santísima Trinidad de la sobremesa irlandesa: postre, café y copa en un solo vaso. Unos lo hacen nacer en el fragor de la Ley Seca de EEUU (1920-1933) del ingenio de un emigrante irlandés regente de un pub, como una manera de camuflar la bebida espiritosa que se seguía vendiendo en la clandestinidad. Otros lo hacen nacer en los años 40 en la cafetería del aeropuerto de Shannon (Irlanda), a causa del retraso de un vuelo, como remedio que ofrecer a los pasajeros para combatir el frío, el mal humor y la larga espera. De ahí también debió nacer la tonada de "Y estamos tan a gustito..."

Aquí en Galicia, dejando aparte el café "con gotas" (también conocido como "carajillo") que es invento español, tenemos nuestro Licor Café, aunque la receta no es de origen gallego (ohhhhh), sino de la Jamaica del siglo XVII. Lo que cambia es la base alcohólica que se utiliza para macerar el café: el ron en Jamaica y el augardente en Galicia. Podemos decir que el Licor Café tiene doble nacionalidad. Del Café Irlandés se dice que se originó la Crema de Whisky y como irlandeses y gallegos pensamos parecido, del Licor Café se nos ocurrió inventar la Crema de Licor Café. ¡Cómo discurrimos!¿eh?

Pero la bebida celta que une a Galicia e Irlanda desde sus antepasados por encima de la cerveza y los cafés espiritosos es la sidra, que también nos emparienta con los Asturianos (de hecho en época castrexa Galicia y Asturias era todo una) y que igual también es herencia de Gaythelos y Scota porque en Egipto y después en Grecia se bebía por aquel entonces una bebida similar a la sidra.
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 ¿Comarca do Deza? No, Condado de Kerry (Irlanda) (fuente: final gather / flickr)

MENÚ PARA SAN PATRICIO Y EL DÍA DEL PADRE

 

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Happy St. Patrick's Day! (2010) de Daybeezho (daybeezho / flickr)
Gastronómicamente hablando, un plato tradicional es el que une a Galicia e Irlanda desde época celta: el Estofado de Carne, en Irlanda el Irish Stew, elaborado en sus orígenes con carne de cordero, cebollas, zanahorias y perejil. En el siglo XVI los irlandeses le incorporaron la patata y en el siglo XVII Galicia (y el resto de España) hizo lo mismo junto a los guisantes. Posteriormente el cordero fue sustituido por otras carnes como ternera o cerdo y en Irlanda se inventó la versión a la que se le añade cerveza Guinness (el Beef Guinness Stew), que se ha convertido en el plato estrella para celebrar el San Patrick's Day. Si os digo que en Grecia existe desde antiguo el Stifádo que es un estofado de carne (popularmente de conejo, liebre o buey), acompañada de tomates, hierbas aromáticas y cebollitas, con un toque de vino, al que se le incorporó la patata en el siglo XVI, seguro que ya me estáis pensando en Gaythelos ¿no? Pues dos más dos son cuatro, pero no tengo la certeza absoluta...

Otro de los platos típicos irlandeses es el Colcannon, una especie de torta gigante hecha de patatas cocidas y esmagadas, mezcladas con tiras de col cocida y mantequilla, que se ponen en la sartén para intentar cuajarlo en conjunto aunque solo queda compactado. "¡Pero muller, esto sen un par de ovos non vai a ningunha parte!" dijo una gallega a una irlandesa, la cual le contestó "¡Bah, paparruchas!" y siguió a lo suyo. La gallega cabreada y chea de razón se fue a su casa a intentar hacer el colcannon con xeito y así fue como nació la primera tortilla de patatas.

Yo he optado por celebrar San Patricio y el Día del Padre a la vez, con un buen postre que cunda toda la semana y así matar dos pájaros de un tiro: la Tarta Guinness, inventada recientemente por la chef británica Nigella Lawson, pero que en poco tiempo se ha convertido en el postre nacional irlandés. Consiste en una tarta-bizcocho de chocolate y cerveza negra, coronada por un frosting de nata y queso philadelphia que está de muerte.

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La receta la descubrí del que considero mi "padre" gastro-bloguero, alias "Tito 1972ml", que sin comerlo ni beberlo con su estilo fresco, sus recetas y sus consejos sobre Blogger me estaba contagiando las ganas de hacer un blog y... aquí estoy. Este bloguero de la ciudad olívica empezó su periplo en 2010 con el blog La cocina sin complicaciones, con mucho humor y recetas sencillas para no enfarragarse en la cocina y disfrutar de la vida que son dos días. A su vez empezó un año después un blog a dúo con Juana, bloguera mallorquina, llamado Las salsas de la vida que es como un recetario-compendio de todas las salsas del mundo habidas y por haber, en el que también entrevistan a otros blogueros que colaboran como "salseros invitados" aportando la receta de su salsa favorita. La cocina sin complicaciones dio paso en 2012 a Complicaciones las justas, un blog renovado tanto en diseño como en recetas, más centrado en la cocina sin complicaciones por excelencia que es la de los montaditos y las tostas (véase su Tosta de piquillos y bonito a baja temperatura), pero que mantiene la esencia del primero. Su receta estrella es la Masa Tito's (bueno, en realidad la receta es de Cunqueiro, pero ssshhhh no se lo digáis a nadie que en casa nos gusta llamarla "Tito's") con la que ha elaborado entre otras exquisiteces su Empanada de grelos, todo un triunfo en Canal Cocina y en todas nuestras cocinas. ¡Yo la he hecho estos carnavales! Buenísima no, lo siguiente.

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El caso es que cuando vi su entrada sobre la Tarta Guinness me pareció sencilla de hacer y perfecta para este "Día del Padre-San Patricio fusión", aunque no sé si llegará entera al Día del Padre propiamente dicho. Yo hice su misma receta, así que en el link anterior la tenéis. Simplemente de mi cosecha propia es el tuneado del frosting, con tréboles que hice con fondant verde comprado en el Alcampo, fondant totalmente sin complicaciones. La única complicación fue la de tener que recortar los tréboles a cuchillo porque no tenía ningún cortapastas en forma de trébol. Peccata minuta. Animaros a hacerla porque es fácil y está buenísima. 
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PASAPORTE A DUBLÍN


Desde Dublín nos llega una canción para el día del padre de la banda de rock U2, "Sometimes you can't make it on your own", una balada incluída en su álbum How to dismantle an atomic bomb (2004) que Bono compuso en memoria de su padre tras su fallecimiento en 2001 para dedicársela en su funeral. Bono nos habla en la letra de la mala relación que tenía con su padre que debía ser cabezota hasta decir basta y de cómo él reconoce que a día de hoy es el vivo reflejo de su padre.


Tras ponernos sentimentaloides llega un poco de caña para el Día de San Patricio."Rocky Road to Dublin" es una canción tradicional irlandesa del siglo XIX que fue popularizada por el grupo de folk irlandés The Dubliners en 1964. A lo largo de los años muchos autores la han versionado hasta llegar a 1995 donde sus majestades irlandesas del folk The Chieftains interpretan el tema a ritmo de jiga en amor y compañía de sus majestades satánico-británicas del rock The Rolling Stones por el pedregoso camino hacia a Dublín. El tema está recogido en su álbum Long Black Veil (1995), un álbum lleno de colaboraciones de grandes artistas del gremio musical como The Rolling Stones, Van Morrison, Tom Jones, Mark Knopfler, etc. En "Rocky Road to Dublin" se puede escuchar entremezclado con la melodía principal el riff de "(I can’t get no) Satisfaction" de los Rolling a partir del primer minuto. ¡Folk-rock fusión total!


Y por último, de Dublín regresamos a Vigo para escuchar a Riobó, una banda de folk acústico que recupera temas tradicionales tanto del folk gallego como del portugués o el irlandés y los llevan a su terreno pero sin desvirtuar su esencia. La banda está liderada por Begoña Riobó violinista con talento y carisma (la zanfoña y el arpa celta tampoco se le resisten), diamante en bruto que se ha pulido bajo la influencia de Milladoiro y Alasdair Fraser y ha debutado bajo el ala de "grandes" del folk gallego como Carlos Núñez, Susana Seivane, Anxo Lorenzo y Sondeseu.  En torno a Begoña, cuatro músicos de no menor talento: Fernando Barroso (guitarra), Marcos Campos (gaita, acordeón y flautas), Xosé Liz (bouzouki) y Fernando Pérez (flautas y requinta). Su primer álbum lanzado en 2011, Riobó, recoge el tema "Fox" basado en una melodía tradicional tan pegadiza y bailable como una jiga irlandesa. 


¡Feliz San Patricio y Día del Padre! ¡Hasta proooontoooo!

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por esta impresionante mención!!! ;) toda una biografía de mi vida bloguera jejeje!!! Y me alegra que te haya gustado tanto esa tarta que es tan especial en mi casa. La verdad es que es todo un vicio de los buenos, con ese frosting muero de amor jajaja!!!
    Un besazo amiga! y un millón de gracias por tus amables palabras! eres un solazo!!!
    Muacksssssssss!!!

    Tito

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    1. La tarta está de muerte pero es cierto que el frosting está tan bueno que resucitaría hasta a un muerto. jajajjaja.
      Gracias a tí, maestro! Todo lo que digo es de corazón y de verdad verdadera.
      Un abrazo del oso!!!

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