viernes, 13 de febrero de 2015

DÍAS DE CARNAVAL Y ENTROIDO

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"Carnaval" (1898) Joaquín Torres García (pusetta2/viajeros)
Tras los últimos excesos navideños del día de Reyes y tras comprobar que otro año más la Lotería del Niño no nos va a quitar de pobres, con el último bocado de roscón que culmina la comida familiar de Reyes, empezamos a asumir con horror que la Navidad se nos escapa de las manos. Todavía en shock nos negamos a la evidencia e intentamos alargar en vano ese "estado de felicidad navideño absoluto", posponiendo el triste momento de recoger el árbol y el nacimiento para "enterrarlos" en el trastero hasta el año que viene. Incluso esperamos a que los vecinos de al lado retiren primero el adorno de su puerta para retirar el nuestro. Para superar este trance y desahogar el "mono" consumista, hay quien se va a hacer terapia de grupo a las rebajas (sabia y estratégicamente ubicadas tras el día de Reyes) y hay quien prefiere canalizar energías en prepararse para la siguiente celebración: el Carnaval.


QUIÉN TEME AL LOBO FEROZ


El carnaval es la fiesta pagana por excelencia desde sus orígenes aunque el hecho de que haya sobrevivido hasta nuestros días es gracias a, como no podía ser de otra manera, la "benevolencia y permisividad" de la Iglesia Cristiana.

El carnaval como mascarada hunde sus raíces en el principio de los tiempos, en las celebraciones religiosas de hace más de 5.000 años de Egipto y Sumeria donde la máscara que representa el rostro del dios venerado permite al sacerdote mimetizarse con la divinidad para invocarla y recibir de ella sus poderes contra los malos espíritus o las fuerzas negativas de la Naturaleza. En la Antigua Grecia la máscara o prósopon ('delante de la cara'), además de en fiestas rituales, se utilizaba  también en las representaciones teatrales con el fin de que el actor se asemejase físicamente al personaje; para ello, estas máscaras no solo cubrían el rostro sino toda la cabeza y, además de las facciones y las orejas, incluían pelo y barba postizos para mayor realismo. De esta manera los actores podían representar a jóvenes o ancianos, a hombres o mujeres, incluso a animales o a cosas aparentemente inanimadas como... ¡nubes! En la comedia surrealista Las nubes (423 A.c.) de Aristófanes (el Woody Allen de la época), las susodichas, elevadas a nuevas diosas del Olimpo, no solo hablan sino que a la que te descuidas te la lían parda. Leed aquí y sabréis porqué.

El carnaval como fiesta ritual nace de las Lupercales romanas, fiestas en honor al dios Fauno Luperco, celebradas el día 15 del mes de febrero. Este equivalente romano del dios Pan griego, mitad humano mitad macho cabrío, era el dios protector de los pastores y de los rebaños y propiciador de la fertilidad de los campos, del ganado y de todos los mortales. Se le puso el atributo de "Luperco", 'el que protege del lobo' porque se decía que era amigo del lobo y como tal, ejercía sobre él la influencia necesaria para tenerlo comiendo de su mano. En las Lupercales, los sacerdotes (los luperci) reunidos en el templo Lupercal, en el Monte Palatino de Roma, realizaban un ritual curioso: sacrificaban un perro y un macho cabrío y untaban su frente con la sangre para luego borrarla con un trozo de lana impregnada en leche de cabra, soltando una carcajada. Acto seguido cortaban en tiras (februas) las pieles de los animales sacrificados, se medio vestían con unas y realizaban látigos con otras, y salían de esa guisa en pleno invierno a correr por el Monte Palatino, azotando con sus látigos a todo quisqui que se interpusiese en su camino a grito de "¡Toma Fertimón!". Y os preguntaréis: ¿pero acaso los romanos eran masocas o qué? Pues no te digo yo que no... pero que llevaban unos lingotazos de vino encima tampoco te lo niego... La cuestión es que el azote de los luperci, conectados ellos con el poder sobrenatural del dios Fauno, era considerado un acto purificador y fertilizador, sobre todo para las mujeres. En honor a este rito, llamado februatio, se le puso el nombre al mes de febrero.
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"Lupercales" (c.1635) de Andrea Camassei (enrique cordero / wikimedia)

Pero como no todo el monte es orégano y menos en la Roma Cristiana, las Lupercales fueron prohibidas en el año 494 por el Papa Gelasio I. A cambio, para evitar sublevaciones, "cristianizó" la fiesta pagana reconvirtiéndola en la festividad de San Valentín, martirizado el 14 de febrero del año 270 (ya sabemos que un día arriba, un día abajo...). Así pues, todos los 14 de febrero los cristianos saldrían en una procesión pulcra y ordenada de fieles con candelas, pidiendo con cánticos y letanías a San Valentín lo que otrora se le pedía al Fauno Luperco: salud, dinero y amor. ¡Menudo muermo! La Iglesia Cristiana había acabado con las Lupercales de un plumazo... o eso creyó.

El caso es que en determinadas poblaciones rurales europeas del Norte de España, Portugal, Sur de Italia, Cerdeña, Croacia ..., un poco alejadas del ojo avizor de las autoridades eclesiales y cuya supervivencia dependía enteramente del ganado y de la agricultura, pervivieron las Lupercales o al menos parte de sus rituales de fertilidad y protección. ¡Si hasta ahora les había dado resultado porqué renunciar a ello! Con el paso del tiempo, esos rituales se transformaron en la festividad del carnaval, conservando parte de los simbolismos y elementos de antaño. Un ejemplo de esto está en el carnaval rural de la provincia de Ourense, donde los Cigarróns de Verín, las Pantallas de Laza, los Felos de Maceda, los Vergalleiros de Sarreaus, etc., al igual que aquellos luperci romanos, azotan con finos látigos de cuero el suelo a su paso, amagando fustigar a la gente, mientras hacen sonar los cencerros o campanillas pastoriles que portan en su cintura. En el siglo XVIII algunos de estos personajes modernizaron parte de su primitiva indumentaria, adoptando elementos del uniforme militar de la época, tal vez porque el látigo acabó cambiando de sentido... y de manos.
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Cigarróns de Verín (Lijarcio / wikimedia)

CARNAVAL, CARNESTOLENDAS Y ENTROIDO


Podríamos decir que el carnaval existe porque existe la cuaresma, los 40 días de preparación espiritual para la Pascua. Sí, porque finalmente, muy a su pesar, la Iglesia Cristiana en la Edad Media tuvo que transigir con aquellas fiestas de fertilidad trayéndolas a su terreno, permitiendo unos días de excesos carnales y carnívoros antes de la cuaresma. Estos días de desenfreno y locura desatada tenían un "pero", una letra pequeña: castidad, devoción y prohibido comer carne durante los 40 días siguientes. Una de cal y otra de arena, ¡no iba a ser todo rosario y misal!

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"Entierro de la sardina" (1812-1819) de Goya (wikimedia)
El origen y significado de la palabra "carnaval" es muy discutido. Según unos autores, viene del latín carne levare, 'quitar la carne' como preludio del ayuno de cuaresma; según otros, proviene del italiano medieval carne vale, algo así como 'se admite la carne', que es lo que ocurre los días propios de carnaval; otros autores relacionan el vocablo con una tal Carna, diosa celta de las habas y el tocino (¿cómo?¿una diosa de la fabada?), pero da la impresión de estar mezclando el tocino con la velocidad... En todo caso el mensaje estaba claro: ¡a vivir que son dos días! Bueno, en realidad eran tres, como se indicaba con la acepción mozárabe "carnestolendas", del latín carnis tollendus ('carnes retirando'), que hacía referencia concreta a los 3 días inmediatamente anteriores a la cuaresma, del Domingo al Martes de Carnaval. Ambas acepciones convivieron en España durante siglos hasta que a partir del siglo XVIII "carnaval" se hizo más popular para designar la celebración de carácter urbano.

En algunas zonas de España, en aquellos reductos rurales donde la fiesta conservaba su esencia pagana primigenia, la denominación más popular y que permanece hasta nuestros días es la de Entroido (Sur de Galicia), Entroito (el Bierzo), Antroido (Norte de Galicia), Antruejo (León, Zamora, Salamanca, Cáceres ...) o Antroxu (Asturias), formas que proceden del latín introitus ('inicio', 'entrada') ya que en su sentido pagano, el carnaval era también la celebración de la llegada de la primavera, de los primeros verdores del campo y de los primeros deshielos. Una vez más, del triunfo de la vida sobre la muerte tras haber sobrevivido hombres y ganado a la crudeza del frío invierno.

40 DÍAS Y 40 NOCHES


Como decía, el carnaval se celebra antes de la cuaresma cristiana, 40 días que comienzan el Miércoles de Ceniza y finalizan el Sábado Santo, con fecha variables entre febrero y marzo que van a depender de cuándo se fije la Semana Santa. ¿Y cómo se fija la fecha de inicio de la Pascua? Pues esa es una larga historia que puede resumirse en una frase: ¡lo que hace el aburrimiento!

En el siglo IV se fijó un método de cálculo, el computus, con el que si se continuaran exprimiendo la mollera unos diítas más hubiesen acabado inventando de paso la calculadora, el sudoku y el bingo del hogar del jubilao. El método es el siguiente: se va uno al calendario agrícola de la época (algo así como El Zaragozano) y se busca el primer domingo tras la primera luna llena de la primavera (que comienza el 20 o 21 de marzo), se dan 4 vueltas en círculo sobre uno mismo a la pata coja sin respirar y ese domingo será el Domingo de Ramos, primer día de la Pascua; el sábado de víspera, será el Sábado Santo y de ahí para atrás tiene que haber 40 días al Miércoles de Ceniza .... y si no ¡se le hace coincidir como sea! ¡Que ganas de liarla! Con lo fácil que hubiera sido fijar una fecha concreta para todo... Más tarde, en el Renacimiento, se "simplificó" el método con unas "tablitas" de cálculo de 2 metros de largo cada una, hasta que en 1733 el matemático Carl Friedrich Gauss inventó una fórmula con la que dijo "¡campana y se acabó!" y el cálculo quedó reducido a 5 minutos. Los días en el Vaticano volvieron a hacerse eternamente laaaargos y aburriiidos...

Por cierto, que lo de los 40 días no es fijación sino que es debido a los 40 días con sus noches que Jesús pasó de ayuno y reflexión en el desierto antes de hacer su aparición estelar como Jesucristo Superstar. Y claro, la Iglesia por deferencia dijo "que cunda el ejemplo". Y vaya si cundió.

BAILE DE MÁSCARAS


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"Minueto" (1756) de Giovanni Domenico Tiépolo (JarektUploadBot / wikimedia)
El origen del carnaval urbano lo encontramos en las refinadas cortes europeas del Renacimiento donde, a imitación del pionero Carnaval de Venecia del Trecento, se comienzan a celebrar bailes de máscaras con mucha pompa y circunstancia. Pero como la cabra tira al monte, aprovechando la coyuntura y el anonimato que da la máscara, la nobleza gustaba más de mezclarse con el pueblo llano en la festiva algarabía callejera para sentirse por unas horas libre de ataduras morales y sociales y dar rienda suelta a sus instintos más básicos. El siglo XVIII fue el de máximo esplendor del Carnaval de Venecia y el referente de moda mundial (el carnaval empezaba a celebrarse también en el Nuevo Mundo) para las máscaras y disfraces, convertidos en auténticas obras de arte.

Pero todo lo bueno se acaba y en los años 30 del siglo XX, bajo el gobierno fascista de Mussolini, el carnaval es prohibido en toda Italia. Lo mismo ocurre en España durante la Guerra Civil y la dictadura de Franco. A pesar de ello, el director de cine Edgar Neville consiguió el visto bueno de la censura para rodar Domingo de Carnaval en el Madrid del 45, tal vez porque el hecho de que se produzca un asesinato en carnaval es la moralina que el Régimen buscaba para convencer a los espectadores sobre las consecuencias perniciosas e incivilizadas de celebrar el carnaval en una España una, grande y libre. Para la fotografía de sus escenas carnavalescas, a falta de referentes contemporáneos, se basó en cuadros de Goya y Solana sobre el carnaval castizo madrileño del siglo anterior.

 En la España de los 50 se empezó a abrir la mano y algunas poblaciones consiguieron eludir la prohibición y continuar celebrando el carnaval con el ardid de disimularlo bajo la denominación de "Fiestas de Invierno" o "Bailes de sociedad" organizados por los ayuntamientos en sus centros culturales. Ni que decir tiene que en algunas zonas de la España rural los carnavales se siguieron celebrando de extranjis o con la vista gorda y la cartera llena (cuenta la leyenda) de la Benemérita, sobre todo en los últimos años del franquismo. Ya con la democracia los carnavales volvieron a celebrarse en toda España. En Italia, a partir del 46 se abrió la veda y el Carnaval en muchas ciudades italianas volvió a renacer. En cambio, en Venecia nada volvió a ser como antes....

YA LLEGÓ EL CARNAVAL


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Portada del Petite Journal Ilustré (1920) de Armand Rapeño (wiki)
... hasta que en 1979 un grupo de artesanos y diversas asociaciones culturales venecianas dan un nuevo impulso al carnaval, consiguiendo devolverle el esplendor perdido. Recuperan los disfraces populares de los personajes de la Comedia dell'Arte (Arlequín, Polichinela, Colombina, Pierrot...) como iconos emblemáticos y singulares de su Carnaval. En los años 80 el Carnaval de Venecia totalmente revitalizado se abre al mundo y se produce un boom: todas las ciudades del mundo quieren ser Venecia en carnaval. Tenerife y Río de Janeiro ponen sus ojos en Venecia e incluso intentan competir con ella en fastuosidad, fantasía y despliegue de medios. En España estaba tan de moda que las calles eran una afluencia de comparsas de arlequines, colombinas y otras máscaras venecianas. Incluso Famosa sacó en 1983 la Nancy Disfraces con un disfraz de Arlequín y otro de Colombina (¡mi primera Nancy!). 

Pero el personaje de la Comedia dell'Arte icónico de los 80 fue sin duda Pierrot, personaje adoptado por las compañías teatrales francesas del siglo XVII y transformado en un mimo melancólico y romántico, enamorado (como el toro) de la Luna. El mimo francés Deburau, en el siglo XIX,  terminó de darle a Pierrot la apariencia con la que se hizo universalmente famoso: el traje holgado blanco con botones y gorguera negra, la cara pintada de blanco con una lágrima negra bajo un ojo y un pequeño sombrero negro a modo de casquete.

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"Pierrot triste" (c. 1982) de Mira Fujita (fuente)
La fama de Pierrot en los 80 fue debida a una confluencia de elementos: por un lado, el floreciente Carnaval de Venecia; por otro, las nuevas corrientes teatrales francesas e inglesas que recuperan el mimo como forma de teatro alternativa, siendo Pierrot el personaje mímico por excelencia. ¿Os acordáis en los 80 de la cantidad de mimos que actuaban en la tele en programas como La Bola de Cristal, Barrio Sésamo, El Planeta imaginario...?. Además, en ese caldo de cultivo, surge en Inglaterra un nuevo subgénero musical del New Wave, los Nuevos Románticos, a los cuales se sumó entre otros David Bowie, el cual en 1980 aparece caracterizado como Pierrot en el videoclip  de su tema "Ashes to ashes". Pierrot se había convertido también en el símbolo de los Nuevos Románticos.

Por si no era suficiente, también a principios de los 80 una empresa francesa de merchandising juvenil, viéndole el tirón comercial al asunto, encargó a Mira Fujita, una ilustradora japonesa neo romántica afincada en París, una serie de ilustraciones de pierrots y arlequines para sus productos. Enseguida causaron furor entre niñas y adolescentes de toda Europa. ¿Quién no tenía una libreta, un estuche o un póster en su habitación del "Pierrot triste" de Mira Fujita? Hasta nuestras madres también sucumbieron a la moda del Pierrot: era raro una casa donde no hubiese una máscara o una figurita de porcelana de Pierrot o el típico espejo decorativo con la imagen de Pierrot sentado en la Luna menguante tocando la mandolina. ¡Qué kitsch!

CARNAVAL, CARNAVAL, CARNAVAL TE QUIERO....


Desde pequeña mantengo que "los carnavales para vivirlos, hay que vivirlos en Verín" aunque uno de Laza diría lo propio de Laza y uno de Xinzo tres cuartos de lo mismo. El entroido de mi infancia es el Entroido de Verín que empieza el Jueves de Compadres y termina 14 días después. Ya sé que el de Xinzo dura un mes entero, pero me da igual. Que no se lo crean mucho porque el carnaval más largo del mundo no es el de Xinzo, sino el Carnaval de Limoux (Francia), que desde el siglo XIV se celebra del 11 de enero hasta el 22 de marzo, con desfile de comparsas todos los sábados y domingos además del Martes de Carnaval. Tampoco se queda atrás el Mardi Gras ('martes graso') de Nueva Orleans, Louisiana y Alabama en EEUU, nacido de los colonos franceses del siglo XVII, con un desfile diario desde el día de Reyes hasta el Martes de Carnaval. ¡Ahí si que no te da tiempo de echar de menos las Navidades!

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Portada de la partitura de la marcha "El Rey del Carnaval" (1911) de R. E. Elicker (w)
Todavía conservo intacto en mi memoria el sonido del chocar de cencerros de los cigarróns anunciando su llegada por las calles de Verín. ¿Y por qué se llamarán cigarróns?, me pregunto yo desde pequeña. Es un misterio digno de Cuarto Milenio que nadie sabe responder pero indagando por allí y por allá, me atrevo a lanzar mi hipótesis: el sonido metálico de sus cencerros se asemeja al que emite una especie de saltamontes grande, la decticus albifrons, comúnmente conocida como "cigarrón", autóctono de la zona de Verín y alrededores y que posiblemente era un viejo conocido de los campesinos ya que solía ser una plaga devastadora para los maizales. Además los cigarróns corren a saltitos para hacer sonar las chocas, no como un saltamontes, pero saltan. Yo creo que más claro, agua. ¿no?

Teorías aparte, los cigarróns, látigo en mano, abren paso al desfile del Domingo de Carnaval de comparsas y carrozas, no tan espectaculares como las de Tenerife, pero llenas de mucho humor, retranca galega, satírica política, "escarnio e maldecir". Ni con Martes y Trece me he reído yo tanto. Seguro que las de Verín están a la misma altura de las chirigotas de Cádiz, comparsas que compiten por crear las coplas más originales, socarronas y graciosas sobre la actualidad política y social o de las murgas porteñas en Buenos Aires (Argentina), derivadas de las anteriores, que entonan sus murgas a ritmo de bombo y platillo mientras desfilan por las calles. En el carnaval de Arrecife (Lanzarote), uno de los más antiguos de las Islas Canarias (se cree que desde el siglo XV), también hay concurso de murgas pero lo que más me llama la atención es la Parranda Marinera Los Buches: una comparsa que pervive generación tras generación, vestidos con máscaras y un atuendo similar al traje tradicional de Lanzarote pero con largas cintas de colores (tipo tuna compostelana), formada por músicos que interpretan antiguas canciones marineras y por los portadores de enormes buches (vejigas natatorias de peces infladas y encurtidas) que abren el desfile de Arrecife golpeando a la gente con ellos. ¿No os recuerda a las Pantallas de Xinzo con sus vejigas de cerdo infladas? Tal vez entre los primeros marineros que formaron la Parranda había algún gallego al que se le ocurrió la idea...

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Cartel reproducido en azulejo (1996) en Tenerife (Koppchen/wikimedia)
Como dice un refrán italiano, "A carnevale ogni scherzo vale" ('en carnaval toda broma vale') y es que el entroido por su carácter alegre y transgresor es una fiesta propicia para gastarse bromas. Recuerdo cuando íbamos a la tienda de bromas y nos gastábamos los ahorros en comprarnos un montón de cachivaches: la tinta mágica, el azucarillo con mosca incorporada, los chicles con sabor a tierra, bombas fétidas, cigarrillos falsos, etc. Luego usábamos como diana de nuestras bromas a los mayores. ¡Menos mal que se las tomaban con sentido del humor!

Aunque al día siguiente era el "Luns Fareleiro", el día propio para tirarse harina, todos los días había batallas espontáneas de harina y agua entre los más jóvenes en la plaza de la Alameda y también se tiraba harina entre serpentinas y confetti desde algunas carrozas del desfile del Domingo y Martes de Carnaval. Yo para las batallas de agua usaba un spray de Cristasol relleno de agua a la que se me había ocurrido echar polvos pica-pica aunque con el agua se debía de diluir el efecto porque nunca vi a nadie quejarse de picor. Nada que ver con el Entroido de Laza donde el "Luns borralleiro" por la mañana en la Plaza de la Picota se forma una batalla campal de trapos empapados en lodo para a última hora de la tarde, entre otras locuras, comenzar una batalla de agua y sacos de harina aderezada con hormigas "cabreadas" en vinagre. Primitivismo en estado puro.

Esto de tirarse cosas es muy común en casi todos los carnavales. Por ejemplo, harina, agua, confetti y serpentinas están en el ranking de las más habituales a nivel mundial. En el ranking de las más extrañas están: globos y peluches que lanzan desde las carrozas de la ciudad italiana de Cento (Ferrara), caramelos y bombones a puñados, en Fano; y naranjas en Ivrea (Turín), montándose una batalla campal en medio del desfile. Al otro lado del charco, en Nueva Orleans, son más espléndidos: se lanzan collares de cuentas de colores, eso sí, con poca contundencia, no vaya a ser que le quiten un ojo a más de uno.

MARTES LARDEIRO


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"El mes de febrero"  (1653) Joachim von Sandrart (wikimedia)
El Martes de Carnaval es el último día que queda para darse a los placeres del tocino antes del ayuno cuaresmal. Como no podía ser menos, en Verín se despide el entroido con un bo cocido galego. El cocido gallego es la suma de los productos obtenidos de la matanza del cerdo (lacón, costilla, chorizo, oreja, rabo...) con las primeras verduras del año (nabiza, repollo o grelos), las patatas, los garbanzos y las habas de la cosecha otoñal y con un trozo de jarrete de ternera, sabiamente cocidos toda la mañana a fuego lento en una pota de grandes dimensiones. Vamos, como la marmita favorita de Obélix. Y es muy posible que Obélix llegase a catar el cocido gallego porque es un plato que se remonta a los tiempos inmemoriales de los castrexos, los cuales parece ser (según recientes estudios) que fueron los antepasados de los celtas que después se desperdigaron por las Islas Británicas y el Noroeste de Francia. "Gallegos, Gaélicos y Galos, cartas del mismo palo".

Tras el cocido vienen los postres para quien le entren. Aquí en Galicia que somos muy larpeiros siempre dejamos sitio para el postre aunque luego tengamos que bajar la comida a media tarde a base de manzanillas. Los postres típicos del entroido de Verín (bueno y del resto de Ourense también) son: las filloas, las orejas de carnaval y la bica blanca de Laza.

Las orejas de carnaval son inventos del demonio crujientes y deliciosos. Están hechas de pequeñas porciones de una masa dulce estiradas muy finas que se fríen en abundante aceite (antiguamente en manteca de cerdo o vaca) y que nada más ponerlas en la sartén se les hace un pliegue con un tenedor en un lado dándole la forma característica que recuerda a una oreja de cerdo. Una vez fritas se sirven generosamente espolvoreadas de azúcar glass y... ¡a papar! Por cierto, que las orejas tienen unas primas hermanas en Italia: los Sfrappole, también conocidos según la región como chiacchiere, frappe, cenci, galano, fiocchetti... que no son más que maneras diferentes de decir algo así como 'ornamento fruncido' ya que se les da forma irregular de rombo, lazo, rectángulo horadado, etc. No, en italiano oreja no se dice "flapa", se dice "orecchio".

La bica es un postre típico de la provincia de Ourense, una especie de bizcocho denso rematado con una costra de azúcar y canela. ¡Bendita costra! Las más famosas son la bica mantecada de Trives y la bica blanca de Laza, cuya principal diferencia estriba en que la de Trives está hecha con manteca cocida de vaca y huevos enteros mientras que la de Laza está hecha con nata y solo claras de huevo. Esta diferencia hace que la de Trives tenga un sabor con más cuerpo y la de Laza más suave y delicado, pero ambas están de un bueno... La bica se puede hacer en casa pero es laboriosa y no es lo mismo, es parecido. Así que yo os recomiendo que si podéis la compréis. Su exquisito sabor es directamente proporcional a la cantidad de calorías y colesterol que se te pegan pero, como el cocido, "una vez al año no hace daño".

Las filloas son el postre por excelencia del Martes Lardeiro. Por esta razón y conociéndonos debería llamarse "Martes Larpeiro". Ya con la matanza del cerdo, en noviembre, se hacen las filloas de sangre que sí, están buenas, pero mejor se las dejo para los vampiros. Donde estén las filloas de leche.... Por cierto que las filloas también son de la época de los castrexos. ¡A ver si también las famosas crepes bretonas van a ser tan francesas como la Torre de Hércules...! Lo cierto es que la filloa puede tener un origen griego ya que los romanos cocinaban una torta similar llamada phyllon, vocablo griego que mantuvieron para denominarla sin traducirlo al latín lámina, síntoma de que aquello no era invento romano. Y de los castrexos se cree que corría sangre griega por sus venas antes de la romanización...

LA RECETA: FILLOAS RELLENAS DE CREMA DE CHOCOLATE


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Las mejores filloas que he probado en toda mi vida son las de mi madre. No por aquello de "como la comida de mi madre, ninguna" sino por el punto exacto de jugosidad, grosor y sabor que tenían sus filloas rellenas de crema de chocolate. Las he probado en muchos sitios de muchas maneras tanto sin rellenar, solo espolvoreadas de azúcar y canela o flambeadas, como rellenas de chocolate negro, crema pastelera, dulce de leche, nata y miel, crema de castañas, helado de vainilla... Pero al final las que se llevan la palma son las de crema de chocolate. ¡Y os aseguro que esa crema no tiene ciencia ninguna!

La receta de las filloas de mi madre es "a ojo", como no podía ser de otra manera: "Cascas en un bol 2 huevos y le vas añadiendo leche a ojo. Luego le añades harina poco a poco mientras vas batiendo con un tenedor hasta tener una cremita así ligera..." Esto me recuerda a los recetarios de Picadillo, de Cunqueiro y de nuestras abuelas cuando en la lista de ingredientes de una receta aparecía "harina, la que admita". Cuando te enfrentas por primera vez a una receta con ese ingrediente te entran unos sudores y un vértigo... y empieza a sonar en tu mente el tema principal de "El bueno, el feo y el malo", a sabiendas de que una masa puede admitir harina hasta el infinito y más allá. "¡Ufff..., a ver que sale de esto!", exclamas.

Intentando cuantificar los ingredientes en la receta de mi madre me he encontrado en la Gastroblogoesfera con una receta de filloas que es prácticamente igual: la receta de las filloas de leche del blog Uno de dos de la blogera Pamela Rodríguez. Esta gallega de Monforte de Lemos afincada en Bilbao pero que vuelve a la "terriña" siempre que puede, nos deleita tanto con recetas tradicionales gallegas (véase su empanada gallega de bonito), como españolas (por ejemplo, su Marmitako). Pero a lo que más le pega es a las recetas de repostería de todos los tiempos, tipos y lugares como el copy-cat casero de un clásico de nuestra infancia, los Dalkys; o como sus originales y apetecibles Tarta de Baileys, chocolate blanco y mascarpone y Trenza de castañas y chocolate de estas navidades. Como buena gallega, sus filloas no podían ser menos. Aquí tenéis el link a su receta ya que es la misma que yo he hecho y que es tal cual la de mi madre. La única diferencia es que como las mías van rellenas, no las espolvoreo con azúcar, así que en la masa añado dos cucharadas soperas de azúcar para que tire un poco a dulce. Bueno y que a mi no me salen 30 filloas sino 15, porque las hago un pelín más gruesas, pero solo un pelín, ni encaje de camariñas (que dice Cunqueiro es el punto perfecto de finura de las filloas) ni tortillas francesas. Eso es lo único que sigue yendo "a ojo". ¡Ah! y que a falta de tocino para bañar la sartén uso mantequilla y un pincel de silicona para extenderla.
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Contemplad la firme arquitectura del relleno de crema de chocolate ¡Que obra de arte!


La receta de la crema de chocolate es muy fácil: coges 2 sobres de Flanín y los preparas como para hacer flan (no natillas) siguiendo las instrucciones del paquete, pero con 2 modificaciones: en vez de usar 1 litro de leche usa 750 ml. (para que la crema se quede densa y no se desparrame en el interior de la filloa) y junto al azúcar añade 8 cucharadas soperas (normales, ni rasas ni colmadas) de soluble de cacao tipo Nesquik. Una vez lista la crema, la dejamos enfriar a temperatura ambiente antes de rellenar las filloas que también deberán estar templadas. Una vez fría la crema, se le formará una capa más oscura y más coagulada por encima pero esa la retiráis con un tenedor  y os la zampáis así que está muy buena. Con el resto, rellenamos las filloas: cogemos 3 cucharaditas-postre bien colmadas de crema por filloa y las distribuimos en fila sobre un extremo de la filloa, enrollamos y voilá. Las podemos tomar a temperatura ambiente o fresquitas de la nevera. Las tendremos que conservar en la nevera así que para tomarlas a temperatura ambiente habrá que retirarlas una hora antes. ¡Pues venga, no os lo penséis más y a hacer esta receta para el Martes de Carnaval, que es bien fácil!


MIÉRCOLES DE CENIZA


El carnaval finaliza con el entierro de la sardina, una tradición que parece ser de tiempos de Carlos III. En este artículo podéis leer la historia de su origen que este post se me está alargando demasiado.

Y como en carnaval no puede faltar la música, pasemos de la sardina al acuario del Carnaval de los Animales de Saint-Saëns, compositor francés tan superdotado o más si cabe que el propio Mozart. Además de tener oído absoluto y dominar como nadie la composición musical, gustaba por hobby de ampliar conocimientos sobre astronomía, matemáticas, entomología, arqueología, botánica... Vamos, el Libro Gordo de Petete. Ya de pequeño apuntaba maneras: con 4 años escribió su primera pieza musical y con 7 años ya sabía latín, en sentido real y figurado. Ya de mayor, con 51 años, compuso El Carnaval de los Animales durante los carnavales de 1886, una suite en 14 movimientos pensada como un divertimento o broma musical para un día de carnaval. Como si de una fiesta zoológica de disfraces se tratase, cada pieza describe a un animal utilizando en ocasiones para ello ciertos pasajes musicales famosos de otros autores o suyos a modo de parodia. El movimiento "Acuario" es uno de los más conocidos, rodeado por un halo de serenidad inquietante que evoca el movimiento de las algas mecidas por las corrientes marinas y el ondulante nado de los peces. Una atmósfera conseguida gracias en parte al sonido de la armónica de cristal, que décadas después por razones de salud fue sustituida por el glockenspiel, con un sonido bastante similar.

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Dejando aparte todo el repertorio carnavalesco-erótico-festivo de Georgie Dann, Celia Cruz, Boney M y demás que de sobra es conocido, existen más temas musicales modernos relacionados con el carnaval. Por ejemplo, "Life is a carnival" de The Band, banda rock canadiense de los 70's que en la década anterior bajo el nombre de "The Hawks" se hizo famosa por ser la banda de apoyo de Bob Dylan en su primera gira mundial rock tras decirle bye-bye al folk. "Life is a carnival" pertenece a su álbum Cahoots (1971) y habla sobre la falsedad e hipocresía del mundo del espectáculo. Fue el primer tema de su repertorio en incorporar una sección de vientos, dotando al tema de un sonido a caballo entre el funk y el estilo dixieland, muy diferente al estilo habitual del grupo.

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Para finalizar, nos vamos al carnaval de Nueva Orleans con "Go to the Mardi Gras" (2005) de la Preservation Hall Jazz Band, banda fundada en los 60's que toma el nombre del club de jazz al calor de donde nació y por la que han pasado varias generaciones de músicos hasta llegar a su formación actual, con músicos de entre 30 y 88 años. Realmente funcionan con 2 formaciones, una siempre de gira dando a conocer por el mundo alante el jazz de Nueva Orleans y otra tocando regularmente en el Preservation Hall, donde tienen su público habitual. La Preservation Hall Jazz Band sigue transmitiendo todo el estilo y la esencia de la banda de swing primigenia, desempolvando temas clásicos populares pero con un toque de frescura actual. El verano pasado actuaron en España en Valencia, Murcia y Gerona. ¿Se dejarán caer este año por Galicia? ¡Ojalá!

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¡¡Feliz Carnaval y hasta prontoooo!!

6 comentarios:

  1. Vaya entrada más completa. ¡Guau!

    Muchas gracias por tu bonitas palabras. Me ha gustado "conocerte".

    Un besiño.

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    1. Hola Pamela! Bienvenida al blog.
      Gracias! A mi también me ha gustado conocerte. Todo lo que escribo es de corazón porque con tu blog me has aportado mucho y te lo mereces.
      Besiños!!

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  2. Yo desde Alicante celebro anualmente el Entroido con un cocido para los amigos, (ellos le llaman "el día del puchero extremo") y para rematar la enchenta, un gran torre de filloas con azúcar y canela.
    Lo que me apunto es lo de las bicas, tendré "estudiar" las diferencias....jeje.

    Otra cosa que también tengo que probar es lo de cabrear hormigas con vinagre....estoy realmente intrigada en la reacción.

    Bueno, que como siempre no te dejas nada en el tintero. Me ha encantado saber que lo de ponerse hasta las cejas hasta el martes de carnaval tiene una excusa "eclesiástica". Y gracias por la historia del Carnaval y su significado en diferentes geografías esto es mejor que un libro de historia.

    Besos,

    Paula

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    1. Hola Paula! jajajajaja. Nunca mejor dicho con lo del puchero extremo.

      En cuanto al tema de las bicas, a ver, si consigues una receta de bica de Laza o Trives de esas heredadas secretamente de generación en generación pues seguro que te sale tal cual o mejor que las que venden. Si no en la web hay muchas recetas con las que te saldrá la bica bastante parecida.

      Las hormigas de Laza son de las grandes, no como las africanas pero casi y parece ser que dan unos mordiscos .... que ni una horda de zombis.

      Bueno en el tintero siempre me dejo algunas cosas porque sino me extiendo de más pero intento que vaya un poco de todo de la manera más amena posible.

      Gracias por leerme. Besos!

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  3. Qué bueno y qué completo! Me sorprendió especialmente descubrir que el nuevo auge de los carnavales más famosos se remonta solo a 1979.
    Gracias por compartir todos estos conocimientos y además hacerlo con humor!

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    1. Como dice el refrán, "nunca te acostarás sin saber una cosa más". Que conste que muchas cosas las he ido descubriendo al investigar para escribir esta entrada y una de ellas fue esta de la recuperación del Carnaval de Venecia. Llegué a este dato porque recordaba de principios de los 80 (era yo una enana muy observadora) que se había puesto de moda de repente el Carnaval de Venecia en plan nostálgico-obsesivo y no sabía porque. Hasta que no encontré la razón no paré.

      Gracias a ti por leerme. Saludos!

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