viernes, 15 de mayo de 2015

PRIMAVERA QUE NO LLEGA

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Primavera (1896) de Alfons Mucha 

Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor [...]
       "Romance del Prisionero", Anónimo. (c. S. XIV)
Este fragmento de uno de los más recitados poemas del Romancero Viejo Español junto a los 2 refranes populares "En abril, aguas mil" y "Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo", son las 3 verdades irrefutables que definen a la perfección los caprichos meteorológicos de esta nuestra primavera gallega y parte del extranjero. Si, parte, porque en el Levante español (Benidorm, por ejemplo) desde Semana Santa ya es verano, así que no cuenta.

Ensalzada por unos, denostada por otros la primavera no deja a nadie indiferente. Nos pasamos toda la estación, principalmente en abril y mayo luchando contra los elementos atmosféricos, el cambio de hora, la astenia primaveral, la alergia al polen, los últimos resfriados postinvernales, el fondo de armario, el polen poniendo todo perdido de amarillo el coche, las gaviotas que también se animan (a soltar lastre)... grrrrr.... ¡Vamos, que la primavera la sangre altera pero de la mala uva que se nos pone!

En la estación del 'primer verano' (primus ver, en latín) pasamos con una facilidad pasmosa de los 30º C bajo un sol de justicia a los 15º C bajo el diluvio universal. Y lo insólito es que este cambio no solo puede producirse de un día para otro, ¡sino en un mismo día! Yo creo que debe ser tan difícil acertar con el pronóstico del tiempo en estos meses que los meteorólogos ni estación meteorológica ni gaitas: se lo echan a suertes con el "oráculo" de la margarita (llueve, no llueve, llueve, no llueve...)

"Ya no sé si subir (al trastero) la ropa de invierno, si bajar la de verano..." es el trending topic del momento en el ascensor, en el trabajo, hablando por teléfono con tu madre.... Vivimos a merced de anticiclones y borrascas, con nuestros ritmos circadianos y el estado anímico tan vapuleados por la inestabilidad meteorológica primaveral que nos entran unas ganas de hacerle un vudú al hombre del tiempo... 

La verdad, no sé de qué nos extrañamos pues todos los años la primavera se comporta de la misma manera. Siempre picamos como parvos con el veranillo no oficial que aparece entre mediados de marzo y principios de abril, pensando que ya se va a quedar el tiempo así de bueno hasta el verano, pero noooo. A continuación viene un temporal de viento, lluvia y frio y se acabó lo que se daba. Y así sucesivamente hasta que pasa el tiempo y sin apenas darnos cuenta nos encontramos ya en la noche de San Juan, delante de la hoguera en la playa, de cazadora de "entretiempo" aguantando el viento mareiro, con el cielo encapotado amenazando chubasco y piensas "¡coño, que ya es verano!... pues no lo parece". En fin... El caso es que al menos aquí en Galicia de momento la primavera sólo ha llegado al Corte Inglés.

LA CONSAGRACIÓN DE LA PRIMAVERA


Como dijo el gran poeta y filósofo bengalí Rabindranath Tagore, "Si lloras por no haber visto el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas".

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Ilustración de magazine americano (1933) (flickr/genibee )
En el mundo de la urbe se nos llena tanto la boca maldiciendo la lluvia (no porque se nos eche a perder una cosecha o algo así, no, sino por motivos baladíes como que se nos riza el pelo o que tenemos que andar todo el día cargando con el paraguas) y estamos tan absortos en nuestras vidas tecnológicas que no somos capaces de levantar la vista y mirar más allá de nuestro smartphone, de pararnos a contemplar la belleza que nos rodea ya no digo en las afueras de la ciudad sino al menos en los parques y jardines urbanos.

Llueva, truene o haga sol, en primavera la naturaleza empieza a despertar de su letargo invernal y a mutar su piel, como los lagartos. Al primer manto sinople de los campos pronto se le une la mantilla de flores que inunda de vivos y alegres colores estos camaleónicos días de Primavera. Cuando entras en contacto con la naturaleza se te quedan tan alineados los chacras que lleno de positivismo y vitalidad acabas gritando a los cuatro vientos, como en el anuncio de Gadis, "¡Se chove, que chova!" Y acto seguido te cae una treboada encima al estilo de las pelis de terror de la Universal con la que te vas corriendo para casa soltando por la boca todo tipo de improperios.

Los primeros en observar y celebrar la llegada de la Primavera, como estación favorecedora de la fertilidad y el amor, son los hindúes de la India, Nepal y de todas las comunidades hindúes esparcidas por el mundo, mediante su ancestral Festival de Holi que tiene lugar en la primera luna llena de marzo. A imagen y semejanza de una tomatina, millones de personas (hindúes y no hindúes) se enzarzan en una eufórica batalla de polvos de todos los colores de los que quedan impregnados a modo de abejas polinizadoras. Es un día de alegría y despreocupación, en el que aunque llegues a casa convertido en el payaso de Micolor tu madre no te va a recriminar "¡estoy harta de tanto frotar!".
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Festival de Holi 2015 en la India (flickr / Rajesh_India)

Otra cultura observadora y amante de la naturaleza y por ende de la primavera, es la nipona. Japón celebra el Hanami (Hana 'flores', mi 'ver'), un festival celebrado desde el siglo VII, en el que los japoneses acuden en masa a los parques a contemplar la espectacular floración del sakura, el cerezo japonés, que de un día para otro amanece cubierto por una nube de delicadas flores blancas de centro rosado. Los cerezos en Japón florecen entre finales de marzo y principios de abril, avanzando del sur al norte como un tsunami, acontecimiento que es anunciado cada año por la oficina de meteorología nipona. Este entretenimiento que en su origen estaba reservado para el emperador y la nobleza, hoy día es seguido por toda la población y cuando digo toda es TODA. El día de Hanami se para el mundo en Japón (o casi) a la hora de comer y los japoneses se van de picnic a la sombra de los cerezos con sus familias (si es en día no laborable) o sus compañeros del trabajo, jefe incluido (si es laborable), para disfrutar del aire libre y contemplar este arte efímero que ofrece la naturaleza. Tranquilos porque en todos los parques de Japón debe haber a razón de un cerezo cada 3 habitantes, con lo cual nadie se queda sin Hanami. De todas maneras por la mañana tempranito antes de entrar al curro les toca a los novatos pringadillos ir a reservar sitio al cerezo más cercano dejando un papelito con el nombre de la empresa clavao en el tronco, no vaya a ser.
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Reservando sitio a primerita hora de la mañana (8:30 o'clock) para el Hanami 2015 de empresa (flickr / Reginald Pentinio)

Igualito que aquí con lo de clavar la sombrilla en la playa a primera hora, como un Aldrin clavando la bandera patria en la Luna. También me recuerda a la época de exámenes de la universidad cuando íbamos a chapar a la biblioteca de Derecho y nos agolpábamos ante las puertas antes de que abriera, tal cual las rebajas, no porque tuviéramos unas ganas locas por estudiar sino para coger nuestro sitio favorito (manías). A pesar del embotellamiento, teníamos que entrar de uno en uno por culpa del arco de seguridad y corrías el riesgo de que el que iba delante de ti te cogiese el sitio, problema solventado con el hábil lanzamiento de la carpeta al vuelo que llegaba ella al sitio antes que tu rival. Luego te podías ir tranquilamente a tomarte un cafelillo a la cafeta de la facultad para ir calentando motores antes de chapar. ¡Ay, qué tiempos aquellos!
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¡Ven a Tokyo! (30's) cartel de viaje (wikim/BotMultichillT)

Bueno, perdón por la digresión. Volviendo al tema del Hanami, la flor del sakura es importante en Japón por haber sido desde siempre el emblema de los Samurái, los cuales esperaban morirse en el máximo esplendor de su juventud y su destreza, en el fragor de la batalla y no de ancianos; al igual que la flor del sakura que solo vive 10 días y cae del árbol con el soplo del viento en su momento de mayor belleza, antes de llegar a marchitarse. Por eso el Hanami es también una llamada a disfrutar de la brevedad de la existencia y un momento de renovación, tan importante que esta festividad marca para los japoneses el comienzo del curso académico y del año fiscal y laboral.

Aquí en España no se para el mundo pero la floración de los cerezos del Valle del Jerte entre marzo y mayo atrae a tantos turistas y autóctonos que está elevada a la categoría de Fiesta de Interés Turístico Nacional. Por algo será.

CALENDAS DE MAYO


De la primavera, el mes de mayo es el más celebrado desde antiguo por ser el de máximo apogeo de la flora primaveral y el de tiempo más acorde con la idea universal de primavera, de temperaturas suaves, a pesar de sus altibajos meteorológicos. Su denominación viene del latín maius, por ser el mes dedicado por los romanos a Maia o Bona Dea, diosa de la fertilidad y castidad femeninas, cuyo festival-solo-para-mujeres era celebrado en este mes y del que nada se sabe por ser tan secreto. Esta diosa también figuraba en el panteón fenicio y griego con el nombre de Maya y recibía además la atribución de diosa de la primavera.
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La Primavera (1873) de Pierre Auguste Cot (wiki)

Mientras, en tierras de Breogán, los castrexos celebraban al igual que sus primos-hermanos celtas del noroeste de Europa el culto de Bealtaine o Beltane (que en lengua gaélica significa 'buen fuego' y que posteriormente pasó a denominar en Irlanda su mes de mayo), fiesta del 1 de mayo que marcaba el comienzo de la temporada de verano pastoral, cuando el ganado era conducido hacia el tierno pasto de las montañas que ya habían perdido su manto níveo invernal. La noche antes, en honor a Belenos, su dios del fuego, se encendían hogueras en las montañas para invocar su protección, esparciendo al día siguiente las cenizas sobre los campos de cultivo. Cuando fenicios y griegos se pasaron por Hispania, trajeron consigo su diosa Maya y su fiesta mayumea con la que celebraban la llegada de la primavera y de las primeras flores del año. Los castrexos vieron que esta fiesta casaba a la perfección con su Beltane y fusionaron ambas celebraciones en un combo 2x1; más tarde cuando llegaron los romanos con su Bona Dea, se convirtió en un 3x1.

Sus primos lejanos, los celtas de más al norte (germanos y escandinavos) también celebraban la noche de Beltane y además creían que esa era una de las noches en que salían de farra las Valkirias en sus corceles alados surcando los cielos. Así pues, cuando el Cristianismo llegó para extender su manto evangelizador, los nórdicos se lo pusieron  muy fácil, unido esto a la habilidad de los Padres de la Iglesia para mezclar el tocino con la velocidad: ¡mujeres y volando: brujas! ¡y adoradoras de Belcebú, incitando al pueblo a invocarlo! ¡Prohibido celebrar Beltane! Y en su lugar ubicaron estratégicamente la efeméride de una tal Santa Walpurgis, probablemente sacada de la manga, protectora de las cosechas y del mal de ojo de las brujas. ¡Meigas fora!

En cambio, por nuestros lares, aunque "meigas, haberlas, haylas" las cosas no se tomaron tan a la tremenda y lo que se hizo fue asimilar ciertos ritos paganos de las fiestas mayumeas-fusión como parte de la religiosa Fiesta de los Mayos (del 1 al 3 de mayo, dependiendo de la localidad), en la que la honrada diosa Maya dejaba paso a la Virgen María que es, como decía aquella cantiga de Alfonso X El Sabio, "a que por mui gran fremosura é chamada Fror das frores".

En algunas partes del norte de la Península Ibérica y de Europa se sigue celebrando a la manera tradicional celta con el "Árbol de Mayo", un tronco levantado en medio de la plaza mayor (símbolo fálico pagano propiciador de fecundidad y protector de la cosecha y el ganado, convertido en la Santa Cruz a ojos de la Iglesia), decorado con flores, ramajes y cintas de colores en torno al cual bailan entrecruzándose jóvenes danzantes de ambos sexos. En otras partes, como por ejemplo en las provincias gallegas de Ourense y Pontevedra, en plazas o alamedas se exponen os Maios: construcciones vegetales formadas por un armazón piramidal o cónico (aunque hoy día hasta las hay con forma de hórreo, cruceiro, etc.) hecho de varas de madera y mimbres que suele rematar en un arco con una campanilla en su interior coronado por una cruz, que se adorna con musgo, helechos, carrabouxos, flores, cáscaras de huevo, frutas, mazorcas, verduras, etc. Además de realizar concursos para premiar al mejor maio vegetal, también son objeto de competición los otros maios, los recitados, que son coplas en honor al mes de mayo y con referencia a ciertos personajes de la vida política y social de la ciudad, compuestas con mucha retranca galega y fina ironía.
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Árbol de Mayo en Wiltshire, Inglaterra (2010) (flickr/Anguskirk)
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Maio en Pontevedra, Galicia (2014) (flickr / juantiagues)

FLOWER POWER


Además de la diosa Maia, los romanos veneraban a Flora, diosa y madre de la primavera y la floración. Se la honraba cada año en los Floralia o 'Juegos Florales' de Roma, del 28 de abril al 3 de mayo, en los que aparte de celebrar fiestas y orgías donde corría el vino y las mujeres, se hacían representaciones teatrales, combates de gladiadores, carreras de cuádrigas y espectáculos varios en el Circo Maximus para el disfrute de patricios y plebeyos. Ni que decir tiene que con el Cristianismo estas "fiestas del pecado y la depravación" fueron prohibidas.
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Flora (s. I d.C.), Villa Arianne (Nápoles) (wiki/Mefusbren69)

Nada que ver con los Juegos Florales que se originaron en Tolouse (Francia) y se celebran también en España y Portugal desde el siglo XIV por iniciativa trovadoresca: certámenes literarios cuyo objetivo es el de promocionar la lengua y el arte de escribir en prosa y en verso y que en algunos lugares han perdido la importancia que tenían para quedar reducidos a certámenes a nivel escolar. Una pena. Pero bueno, al menos para promocionar la lectura ya tenemos el Día del Libro (el 23 de abril) y el de las Letras Galegas (el 17 de mayo) porque nunca hay que perder la esperanza de que algún día se vuelva a leer como antaño.

Y si hablamos de Flora, tenemos que hablar de Florencia, la ciudad italiana consagrada a Flora por los romanos y posteriormente a la Virgen de las Flores (Sta. María dei Fiore) por los cristianos. En la Florencia del siglo XIV cortaba el bacalao la familia Médici, bajo cuyo manto protector desarrollaron su arte los mejores pintores, escultores y arquitectos de la época convirtiendo así a la ciudad en el faro cultural de Europa durante dos siglos.

Entre aquellos pintores se encontraba Sandro Filipepi, conocido a su pesar por el mote de su hermano, el Botticelli (algo así como 'barrilete'), debido a que este estaba, pues eso, como un bocoi o lo que algunas personas denominan "de hueso ancho". Sandro era un pintor del montón que se ganaba la vida pintando madonnas melancólicas, hasta que un día los Médici se cruzaron en su camino y empezaron a encargarle temas alegóricos en los que Botticelli demostró su valía.

La corriente neoplatónica liderada por el filósofo Marsilio Ficino estaba de moda y el patriarca Cosme de Médici era uno de sus máximos seguidores y benefactores, por lo que decidió antes de morir que Ficino debía fundar la Academia Neoplatónica en la Villa Médici de Careggi, donada para la causa. El proyecto fue continuado por su hijo Lorenzo de Médici, alias "el Magnífico" y pronto aquella academia se convirtió en el punto de encuentro de la flor y nata de la sociedad, la intelectualidad y el artisteo.
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La Primavera (1474) de Botticelli (wikimedia / Aavindraa)

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La Primavera, detalle de las flores
Por aquel entonces, Botticelli recibió el encargo de una serie de cuadros para decorar la antecámara nupcial del recién casado Lorenzo di Pierfrancesco, primo del Magnífico y también neoplatonista hasta la médula. De este encargo surge La Primavera (1478), un cuadro a tamaño natural donde una Venus humana, recatadamente vestida, aparece rodeada por Céfiro, Cloris, Flora, las tres Gracias, Cupido y Mercurio. Con una primera lectura superficial en la que se recoge el relato mitológico sobre Flora narrado por Ovidio en sus textos, una segunda lectura de corte filosófico, explicando la teoría del Amor Humano de Ficino y una tercera lectura alegórica, con referencias iconográficas a la familia Médici, tendríamos "Primavera" para rato así que para los que queráis profundizar os dejo con este análisis pormenorizado sobre la obra pero muy ameno. Además de la belleza de las figuras y de toda la composición en su conjunto, lo extraordinario del cuadro radica en la vegetación que rodea la escena: con una precisión dibujística de botánico, Botticelli representa todo un muestrario de plantas y flores autóctonas de la Toscana en el mes de mayo. A Lorenzo di Pierfrancesco le encantó y al Magnífico también, sobre todo las tres Gracias, tan ligeritas de ropa; tanto, que decidió encargarle para su regocijo personal un cuadro en el que se reflejase la otra teoría de Ficino, la del Amor Divino. Así fue como Botticelli pintó El nacimiento de Venus (1484), el primer desnudo Playboy a tamaño natural de la época.

ALMA MATER PRIMAVERALIS


Pero si hay alguien a quien se le rinden honores en primavera como la personificación misma que es de la fecundidad es a la "madre terrena" (o todo terreno, según se mire). El Día de la Madre, que actualmente tiene más de comercial que de loor a la maternidad, encuentra sus precedentes en la Antigua Grecia donde se veneraba a Rea, la "diosa madre" de mortales e inmortales. Con la arribada del Cristianismo, la celebración cambió de titularidad y de fecha, para no dejar lugar a dudas: la Virgen María y el 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción. A pesar de la efeméride, la celebración no era extensible a las madres terrenales, con lo cual no tenían derecho a día propio.

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Ilustración de The American Weekly (1947) (flickr/elena-lu)
Muchos siglos después, en la España de 1965, en la que ya se celebraba desde hacía dos décadas el Día del Padre, El Corte Inglés, Galerías Preciados y otros comerciantes del ramo pusieron todo su empeño en que las madres tuvieran su día especial el primer domingo de mayo y lo consiguieron, con el beneplácito de la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana (poderoso caballero es Don Dinero) que también difundió la idea entre sus feligreses. Estratégicamente, los comerciantes propusieron que la fecha fuese mejor en mayo que en diciembre ya que en este mes no tenían una campaña comercial que les impulsase las ventas; y mejor el primer domingo de mayo y no el segundo (fecha de celebración en EEUU) porque a primeros de mes, con el sueldo recién cobrao, los españoles tenían cash para gastar en un regalo a su amada esposa. Y así, hasta nuestros días.

Lo que no ha cambiado desde aquellas es el tipo de regalos que los comerciantes promocionan para regalar a las madres: aspiradoras, tostadoras, lavadoras, robots de cocina, cafeteras, perfumes, centros de flores... ¡Habrase visto! Estos dos últimos tienen un pase pero tú regálale a tu madre/parienta una tostadora: ¡verás cómo te la pone de sombrero!

PASTA PRIMAVERA

 

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La Pasta Primavera, así sin traducir, en italiano, es uno de esos platos típicos norteamericanos resultado de las aportaciones gastronómicas de los emigrantes llegados de otros países. Es un plato de reciente creación, de los años 70, pero ya se ha consolidado como todo un clásico. 

Según cuenta la leyenda, en 1975, Sirio Maccioni, uno de los más afamados chefs italianos de la ciudad de Nueva York propietario del restaurante francés Le Cirque, fue invitado por el barón italo-americano Carlo D'Amato (productor cinematográfico y esposo de Pina Menichelli, diva del cine italiano mudo) para que le deleitara con su savoir-faire durante sus vacaciones estivales en su casa de verano de Canadá. Después de varios días de mariscadas y otros platos con mucha proteína animal local, la flora intestinal del barón pedía papas. Así pues, Maccioni se metió en la cocina a improvisar un plato muy sanote: sacó de la nevera todo lo que encontró del reino vegetal (brócoli, calabacín, guisantes, champiñones, espárragos verdes, pimiento, cebolla y tomate) y una vez troceadito, lo salteó en la sartén con aceite y ajo, añadiéndole acto seguido unos macarrones cocidos y un poco de nata para darle un poco de consistencia al plato. Remató el plato con hierbas aromáticas y parmesano rallado. Et voilá! El resultado fue un plato multicolor y lleno de fibra y vitaminas, uno de los más saludables de la cocina norteamericana, que haberlos, haylos. Con este plato Maccioni no había inventado nada nuevo porque la cocina italiana está llena de platos de este tipo pero para los norteamericanos, había descubierto América.

Hoy en día no solo Le Cirque sigue preparando su especialidad, sino que no hay restaurante italiano en Norteamérica que no prepare la Pasta Primavera. Existen variantes que cambian algunas verduras por otras locales o incluso que en lugar de enriquecer la salsa con nata la sirven con una salsa aparte. Yo la receta que hago (que hace tanto tiempo que la hago que ya no recuerdo de donde salió, tal vez de alguna revista de cocina) no incluye base de nata y la sirvo acompañada con una salsa de anchoas, algo así como la versión moderna y sabrosa del garum romano, en principio pensada para ensaladas pero que armoniza muy bien con la Pasta Primavera. ¡Vaya si armoniza, de toma pan y moja!
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Ingredientes (6 personas):
> para la pasta:
- 2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
- 2 cucharadas soperas de margarina
- 250 grs. de pasta corta (tiburón, lacitos, macarrón...)
- 100 grs. c/u de pimientos verde, rojo y amarillo, troceados en taquitos
- media cebolla grande, picada
- 4 dientes de ajo, picados
- 150 grs. de ramilletes de brócoli separados (sólo los ramilletes, desechando los troncos)
- 1 lata pequeña de maíz, escurrida
- 175 grs. de calabacín, en daditos
- 150 grs. aprox. de tomates cherry, enteros
- 1/2 cup de parmesano recién rallado
- sal, pimienta negra y mezcla de especias "Italian Seasoning" (aquí se vende como "sazonador para pasta"  o algo así pero podéis hacer vuestra propia mezcla casera. La mía la copié de aquí), al gusto

 > para la salsa de anchoas:
- 4 filetes de anchoa, picados
- 1 cucharadita-postre de salsa mostaza (la de las hamburguesas)
- 2 yemas de huevo cocidas, un poco desmenuzadas
- 2 yemas de huevo crudas
- 1 cucharada-sopera rasa de hierbas provenzales
- una pizca de cayena molida
- 1 cucharadita-postre de vinagre de vino blanco
- 5 cucharadas-soperas de aceite de oliva virgen extra

Preparación:
Cocer la pasta y reservar escurrida. En un wok o en una cazuela ancha de fondo grueso, calentar el aceite y la margarina. Cuando esta última se derrita, saltear a fuego medio-alto la cebolla, los ajos, los pimientos y los ramilletes de brócoli, removiendo constantemente y tapando de vez en cuando para que se medio hagan al vapor.

Cuando empiecen a estar tiernas las verduras anteriores, añadimos el calabacín, los tomates cherry y el maíz y dejamos saltear. Las verduras tienen que tostarse ligeramente por fuera y quedar tiernas por dentro. Añadimos la pasta, salpimentamos y añadimos el Italian Seasoning. Mezclamos bien pero con cuidado y salteamos todo junto unos minutos para que la pasta también se dore ligeramente. Si es necesario, podemos añadir un poco más de aceite.

En el último momento, antes de retirar del fuego, añadimos el parmesano rallado por encima y mezclamos todo de nuevo dos segundos al fuego para que el queso se empiece a fundir. Retiramos del fuego. Podemos servir la pasta así tal cual (demasiado light) o acompañada de la salsa de anchoas (gana en sabor) en una salsera aparte para que cada uno se sirva al gusto.

Para hacer la salsa de anchoas, en primer lugar debemos quitar el exceso de sal de las anchoas, enjuagándolas bajo el grifo de agua fría. Las secamos bien con papel de cocina y las picamos. Vamos poniendo todos los ingredientes de la salsa por orden en el vaso alto de la batidora. Trituramos todo con la batidora hasta conseguir una salsa espesa y emulsionada. Pasar a una salsera y servir a temperatura ambiente o fría de la nevera, según gustos.
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¡Rico y con fundamento! Y más fácil imposible.

QUE LLUEVA, QUE LLUEVA, LA VIRGEN DE LA CUEVA...


La banda sonora en mayúsculas de la primavera no podría ser otra que "La Primavera" de Las Cuatro Estaciones (1728) del maestro italiano Antonio Vivaldi, compositor destacado de la música del Barroco tardío. "La Primavera" es el primero de los cuatro conciertos (uno por estación) concebido para violín solista y orquesta de cuerda y la pieza favorita del Rey Luis XV, ante quien se estrenó por primera vez esta obra. A través de diversos "efectos especiales" musicales Vivaldi describe los elementos y sonidos más característicos de la primavera (los jardines, las flores, las mariposas, las fuentes, los pájaros, los arroyos...) hasta el punto de que si cerrásemos los ojos seríamos capaces de evocarlos en nuestra mente, de sentirlos e incluso de olerlos, en una suerte de realidad virtual. Por ejemplo, al comienzo del primer movimiento Allegro, después del tema principal que anuncia la llegada de la primavera, en el minuto 0:31, dos violines en contrapunto imitan el trino de los pájaros y en el minuto 1:40 el trémolo grave de violines, violas, chelos y contrabajo al unísono evoca el sonido de la tormenta que se aproxima. Disfrutad de esta pieza interpretada al violín solista por Janine Jansen, violinista neerlandesa que destaca por ponerle pasión y mucho sentimiento a todas sus ejecuciones.

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Vivaldi acabó sus días como músico al servicio del Rey Carlos VI de Viena y es allí a donde nos vamos ahora, pero a la Viena del siglo XIX, de la corte de los Habsburgo, en pleno Romanticismo musical. Johann Strauss hijo, apodado "el rey del vals" por su prolífica composición sobre todo de valses (pero también en polcas, marchas y operetas) y por elevar esta danza de su origen campesino a la categoría de baile refinado y oficial de la Corte, dedica a la Primavera uno de sus valses: "Voces de Primavera" (1882), un vals cantado, concebido para incluir la voz de una soprano solista de coloratura capaz de interpretar pasajes de gran exigencia vocal que imitan el trino de un ave canora. Os dejo con esta magistral interpretación de tres grandes de la música clásica contemporánea: el director Herbert Von Karajan (que Dios lo tenga en su gloria), la soprano Kathleen Battle y nuestra querida Orquesta Filarmónica de Viena, que nos ameniza todas las mañanas de Año Nuevo de nuestras vidas, con resaca o sin ella.

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Y del "rey del Vals" pasamos al "rey del rock'n'roll", Elvis Presley, que también nos dejó un tema dedicado a la febril primavera adolescente (de este "adolescente" de 30 abriles), en la que las hormonas revolucionadas solo permiten pensar en chicas, coches y diversión. Se trata de "Spring fever", de su álbum Girl Happy (1965), banda sonora de la película homónima, una de tantas películas promocionales de su carrera que Elvis tuvo que protagonizar. Muchos critican a Elvis por haber sido un producto y sí, es cierto, fue un artista en manos de una productora musical; pero no es lo mismo ser un producto hoy día, en donde unos The Real Milli Vanilli de turno o el Auto-Tune lo arreglan todo que serlo en aquella época donde las productoras solo ponían sus ojos y su cartera en grandes voces y portentos del escenario como fueron Elvis, Frank Sinatra, The Supremes, Chuck Berry, The Beach Boys, The Beatles... Pues eso, "spring is everywhere".

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De EEUU a Londres: la banda británica de rock coetánea a The Beatles, The Kinks, con grandes éxitos como "You really got me", "Lola", "All day and all of the night", también dedicó una canción a la primavera pero como metáfora de la flor de la vida. "Where did my spring go?" (o 'a donde se fue mi juventud que no me la encuentro'), fue uno de esos outtakes recopilados en The Great Lost Kinks Album (1973), álbum de inéditos, rarezas y caras-B de The Kinks de mediados de los 60 a principios de los 70. Como dijo Gustavo Adolfo Bécquer, "Mientras haya en el mundo primavera, ¡habrá poesía!"

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Hasta el veranooooo!

5 comentarios:

  1. Gracias como siempre por tu blog lady Gingery. Estoy por probar la salsa. Yo si te digo la verdad soy más de otoño que de primavera para la poesía... aunque ahora que lo pienso, la última que hice coincidió en primavera... a ver si va a tener razón el amigo Bécquer.
    Bicos

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    1. Gracias Henry! Un placer volverte a tener por aquí! Aprovecha ahora en vacaciones para probar a hacer la salsa, que también pega con una buena ensalada estival. Seguro que te gusta. Saludos! ;)

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  2. Hola en primer lugar darte las gracias por la visita me ha encantado venir a conocer tu blog,me llevo la receta de tu pasta primavera esa salsa tiene que estar de vicio y la voy a usar mucho ahora con las ensaladas.
    Bicos mil y feliz verano wapa.

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    1. Que sorpresa, Nenalinda!! Perdona por no haberte contestado antes pero por falta de tiempo (preparando opos) dejé el blog en standby desde este último post y ni entré hasta hoy a ver el correo del blog, sin darme cuenta de que alguien me podría escribir. I'm sorry!

      Que sepas que a través de mi correo personal sigo con devoción todos tus posts y, de hecho, hace dos días que hice tu tocinillo de cielo al microondas. ¡Espectacular! Gracias a tí veo el microondas con otros ojos: se ha convertido en el nuevo "magia borrás" de mi cocina. Ja ja ja.

      Pues muchas gracias por la visita y espero que te haya gustado la receta y el resto del blog. En cuanto pueda lo retomo y prometo buscar un huequiño para comentar en tu blog las recetas que voy haciendo.

      Muchos bicos! Feliz año!

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    2. Nunca es tarde si la dicha es buena gracias a ti por resporderme aunque haya pasado tiempo te lo agredezco muchisimo.
      Espero que hayas tenido suerte con las oposiciones que estabas preparando .
      Me alegra que estes usando el microondas siempre digo que es el electrodomestico que menos se usa en la cocina con la de tiempo que podemos ahorrarnos usandolo.
      Me alegra te gusten mis recetas y las pongas en practica.
      Muchas gracias de nuevo por tomarte la molestia de contestarme asi como por seguir mis publicaciones.
      Bicos mil wapa.

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